domingo, 29 de diciembre de 2013

Caleta Chungungo y la camanchaca: Primer Proyecto para dotar de agua atmosférica una caleta costera en Chile: 25-05-1982.


Fig. 1.   Area  del Proyecto.  Cartografía tomada del Google Earth,  mostrando lugares   próximos a la Caleta Chungungo,  comunidad elegida para  la experiencia.  Coordenadas geográficas  de Chungungo:  29º 26´45´´  N.   y   71º 18´05´´  E.   La línea en color rojo señala, aproximadamente el trayecto del ducto de agua de niebla desde el área de los atrapanieblas hasta el pueblo de pescadores. Distancia aproximada  5,6 km. El área de captación se  encontraría hacia los  840 m snm.

En este capítulo se muestra  la audacia  de los investigadores  y sus sueños  en 1982.   Conviene recordarlos hoy, cuando solamente en un lugar de Chile se continúa exitosamente por esta senda, en la localidad de Chañaral (Falda Verde). Aquí, hay que recordar a un tesonero grupo de gente del pueblo, en el que destaca la figura de un  pescador, Hugo Streeter,  quien ya en 1999 comprendiera  que en la camanchaca y su captación  había un glorioso futuro oculto hasta hoy para  los pobladores de la costa:; un nuevo amanecer. 

Fig.  2. Croquis perfeccionado de la posible instalación para conducir  agua de la niebla  a  la caleta de Chungungo, hecho en base al antiguo croquis  de 1982 (abajo).  ( H. Larrain  2013),


Fig. 3. Croquis  original,  tal cual consta en el documento antiguo, en borrador.

Revisando viejos trabajos.

Ahora que el tiempo navideño nos ha permitido  revolver viejos archivadores polvorientos,  me encuentro con algunos "tesoros" olvidados. Mi sorpresa ha sido mayúscula. He hallado  el antecedente  (el verdadero "progenitor") del Proyecto de entrega de agua potable de la nube a la caleta de Chungungo. Es bien conocido el hecho de que esta Caleta de pescadores,  situada en el extremo Norte de la IV Región  de Chile  tuvo la fortuna de contar,  durante tres o cuatro  años, con abastecimiento de agua  potable  de origen atmosférico, gracias a un proyecto financiado por una organización canadiense  y el apoyo incondicional del  físico de nubes canadiense  Robert S. Schemenauer. Este Proyecto pionero, que contempló la instalación de más de cien atrapanieblas o captadores de agua atmosférica, hacia los 900 m de altitud en las alturas de los cerros del Tofo (Cordón Sarcos), logró su pleno objetivo en el año 1990  cuando se inauguró  el primer sistema de agua potable de la nube para abastecer una caleta de pescadores.  El primero en Chile y el  primero en América.

Ancestros humildes, pero  indicativos.

Como todo Proyecto exitoso, tuvo sus antecesores modestos. Por cierto, hoy día casi desconocidos de la ciudadanía, e incluso de muchos de  los científicos... ¿Quién, salvo un puñado de soñadores de entonces, recuerda hoy esta gesta?.  Todos conocemos los espléndidos resultados finales  de ese esfuerzo, mediante los cuales la comunidad pescadora de Chungungo  pudo gozar por varios años (entre  1990 y 1994) de agua propia, en gran cantidad y de excelente calidad química y biológica, sin tener que depender, como antaño,   del inseguro   y  escuálido apoyo del camión cisterna, que con suerte les traía el agua cada quince o veinte días desde la Comuna de La Higuera.

No vamos  a hablar hoy  del exitoso Proyecto cuya inauguración ocurrió un día del mes de  Mayo de 1990,  en el que todos festejamos, jubilosos,  el éxito de un proyecto nacido en tan humilde cuna.  Chungungo  conoció por un breve tiempo la bonanza al disponer de agua propia,  en gran cantidad,  sin tener que depender de la benevolencia del alcalde de turno. ¡Solo dependiendo de sus propios cerros y de su propia camanchaca costera que nadie les podía arrebatar!.

Experiencias previas.

En tres capítulos anteriores  de este Blog  (Noviembre y Diciembre  2013), nos hemos referido a las primeras investigaciones nuestras en la zona de El Tofo y Caleta Temblador. Explicamos en detalle allí los tímidos inicios, fruto de un sueño veraniego. Mostramos el primer captador experimental instalado  un día 2 de Mayo de 1980 por iniciativa del Instituto de Estudios y Publicaciones Juan Ignacio Molina  y  el Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile y su gestora principal, Pilar Cereceda Troncoso, geógrafa. Rememoramos los hallazgos arqueológicos  que acompañaron esos días de trabajo del audaz  e improvisado  equipo. 

Borrador de un  Proyecto  para ser presentado al "Catholic Relief Service".

 Fig. 4.  Página Uno del borrador del Proyecto de  1982.   Observe el color del papel y el logo de la Universidad  Católica en la esquina superior.

Fig. 5.  Página 2 del mismo borrador.

Texto  íntegro del borrador del Proyecto  (copìado ad litteram).

No recuerdo si este Proyecto, cuyos borradores originales presentamos parcialmente  aquí,  haya sido finalmente presentado a la Oficina de Santiago del  "Catholic Relief Service" por aquellas fechas. O si sólo quedó en carpeta como un simple desideratum del equipo. Poco nos importa hoy. Lo que sí nos importa y mucho,  es que demuestra muy bien los progresos hechos en apenas dos años y  el interés demostrado por el equipo por reunir el máximo de antecedentes  previos sobre el lugar y sus habitantes. En efecto, durante el año 1981 y parte de los años  1982 y  1983,  varios de nuestros alumnos de  geografía  e historia buscaron, en archivos regionales e instituciones varias, toda la documentación que fue posible reunir relativa a la zona y sus problemas. Porque el   proyecto que teníamos  in mente,  suponía el conocimiento  y el dominio previo de una gran cantidad de variables: geográficas, históricas y sociales acerca de sus habitantes, sus posibles beneficiarios. 

En su redacción, el  texto da cuenta de los avances logrados ya a mediados de 1982. La  documentación reunida hasta  entonces se consideró suficiente como para esbozar un posible Proyecto.  También revela este borrador tanto la audacia como la  perspicacia del equipo nuestro, al prever situaciones  que, años después,  se verían cabalmente realizadas in situ.

Texto del borrador de Proyecto de entrega de agua  potable, de origen atmosférico, al pueblo de Chungungo.   

"1.  Antecedentes.

"Las experiencias realizadas entre 1980 y 1982, en el sector costero de El Tofo, IV Región [de Chile]   (19º 12´- 19º 18´S) por el Equipo de Zonas Áridas del Instituto de Estudios y Publicaciones Juan Ignacio Molina de Santiago, han demostrado la factibilidad de obtener agua, en cantidades apreciables, de las neblinas costeras o camanchacas.

"Durante el año 1980, 14 neblinómetros colocado a distintas alturas, midieron el potencial de agua obtenible. Durante  1981, nuestro  Grupo de Zonas Áridas dio un paso adelante, adjudicándose una propuesta  en la SERPLAC  [Secretaría de Planificacion Regional] de la IV región para estudiar la factibilidad de dar agua a una caleta pesquera: Chungungo.  [He aquí el origen del presente Proyecto].

"El aparato captador de una superficie de 90 m2 de captación fue instalado  a los 700 m de altitud en el portezuelo de el Tofo en Febrero/Marzo 1982,  y actualmente está siendo medido semanalmente.  El mismo [organismo] SERPLAC, igualmente, nos acaba de confiar (Mayo 1982)  la realización de un Proyecto de Ensayo de forestación en el medio árido, utilizando el potencial de las camanchacas (coastal fogs).  Es así como el captador de  90 m2,  ya instalado,  ha sido destinado por el [organismo]  SERPLAC a la alimentación, por medio de goteo, de  650 arbolitos (pinos, eucaliptus, taras, quillayes) que  plantaremos allí, durante los próximos meses en una parcela de  1 há. ( 10,000 m2).

"Nuestro equipo, pues, es actualmente el único grupo científico en Chile que ha logrado llevar a la práctica la utilización concreta del agua contenida en las neblinas costeras rasantes, con experiencias muy satisfactorias.

"2. Problemas sociales del área.

"El área, que se encuentra en el extremo NW de la IV Región [de Chile], colindante casi con la IIIª, es la región más árida y de menos precipitación de toda la antigua Provincia de Coquimbo. Calculamos una precipitación media anual  no superior a los 60-80 mm. (La Serena: 120 mm anuales). 

"La población del lugar presenta dos formas claramente diferentes:

"A) La caleta pescadora de Chungungo, con una población de unos 500 habitantes. Todos son pescadores y recolectores del "loco" (Concholepas concholepas). Poseen botes y elementos de buceo y conforman 22 cuadrillas de trabajo (3 hombres por bote). En épocas de veda del "loco"  (1º de  Marzo - 1º de Junio de cada año),  los pescadores deben  dedicarse a otras actividades o quedan cesantes. El P.E.M. (Programa de Empleo Mínimo) ocupa hoy cerca del 80 % de la fuerza de trabajo de la Comuna de La Higuera, Municipalidad a la que pertenece Chungungo.

"B)  Familias (conjuntos unifamiliares) de cabreros, que ocupan exiguos huertos agrícolas (("oasis") dependientes de aguadas salobres. Estas familias poseen majadas de 30 - 60 cabras. de las que viven. Producen una agricultura esporádica o escasa de hortalizas o frutas (peras, higos). Con frecuencia, los varones de estas familias viven por temporadas  adscritos, igualmente, al  [programa]   P.E.M. Estas familias suman,  en total, unas  50-60 personas.

"C)  La Mina de hierro de "El Tofo", que durante  60 años ocupó numerosa mano de obra en el lugar, y creó los pueblos  (hoy desmantelados) de Cruz Grande (costa) y El Tofo ( a 800 m. de altitud), se halla hoy de para. Solo queda allí una familia de vigilantes. Las instalaciones y viviendas [del gran campamento minero]  han sido casi totalmente desarmadas.

"3.  Consecuencias. 

"En consecuencia, tres son los problemas más apremiantes que afectan a los 550 habitantes  aproximadamente) de esa pequeña área:

"3.1)  La falta de agua potable. Esta les llega en camiones cisternas, traída por cuenta de la Municipalidad de la Higuera desde 50 km. de distancia, y atraviesa una cuesta  de  800 m. de altitud. Cada familia debe pagar por tambor [de 200 litros] consumido. Para lavar y otros usos secundarios, utilizan el agua salobre de una aguada   ("El Buitre")   que conducen hasta el pueblo. El deterioro del camino  El Tofo-Chungungo y su alto costo de reparación, hacen inminente el cese del suministro de agua potable, la que debería llegar por otra ruta, atravesando la Cuesta de Buenos Ares, con  una distancia [total] de  unos 60 km. 

"Hay  otros dos problemas que  han de considerase detenidamente por su implicancia ecológica, y  que agravarán la situación de estas comunidades en los próximos decenios:

"3.2)  La sobreexplotación de los bancos de mariscos (máxime el "loco")  hará muy pronto que la actual veda establecida por tres meses  (ya referida) pueda eventualmente  prolongarse, incluso por años como ocurrió en el caso del "ostión" (Argopecten purpuratus), amenazado hoy de extinción. Esta eventualidad, dejaría al pueblo de Chungungo sin recursos económicos; no existe interés hoy en el mercado local por la pesca artesanal de esta zona, muy distante de la [ciudad] de La Serena.

"3.3.) Las familias de cabreros que ocupan pequeños oasis  (o huertas ) viven en un 95 % de las cría de cabras. Esta actividad económica, dependiente de la vegetación natural y de su capacidad de regeneración mediante las lluvias anuales, está expuesta a continuos descalabros por la aparición cíclica de períodos de sequía  de  5-7 años de duración, que provocan una disminución ( aveces a cero) de la precipitación  y, en consecuencia, la desaparición  del follaje y de las plantas anuales. En años malos, (v.gr. período  1975-79) la mortandad en el ganado ha sido del orden del 80%, y no hay reposición pues las crías mueren al nacer por falta de forraje verde. Por otra parte, el ganado caprino, muy voraz  y devorador de prácticamente todas las especies arbustivas o herbáceas, tiende a destruir rápidamente la cubierta vegetal, al consumir toda la planta, incluso sus raíces.  En consecuencia,  el empleo del ganado caprino como actividad "económica"  a corto plazo, que permite hoy su  supervivencia,  resulta altamente "anti-económico" a largo plazo,  pues destruye las potencialidades vegetacionales de este medio árido, tan frágil, obligando, en última instancia, mal abandono del área (migración).

"3.4.  En consecuencia, si hemos de velar por el futuro de estas comunidades costeras, creemos  se ha de ensayar nuevas fuentes de utilización del medio, concordantes con la fragilidad  eco-climática del área, y con la capacidad de regeneración del ecosistema marino litoral establecida mediante controles estrictos.

"Nuestro Proyecto tiende a aliviar la situación de estos grupos en dos aspectos fundamentales que analizamos a continuación (no se considera aquí, por ahora,  aspectos que podrían mejorar la forma de explotación del sistema litoral):

"A) Suministro de agua potable.

"Estamos en condiciones   -después de 2  1/2 años de experiencias en la zona, con mediciones periódicas- de entregar agua potable en forma experimental a los pobladores de Chungungo para algunos usos, fundamentalmente bebida y preparación de alimentos. A diferencia de la pluviosidad  -tan irregular en el área- la presencia de las neblinas costeras es casi constante, a lo largo de todo el año, con disminución en los meses de verano y con un peak en Primavera e Invierno.

"B) Ensayo de parcelas  frutícolas.

"La necesidad de  diversificar la actividad económica de los pobladores, nos lleva a proponer la instalación de una parcela frutícola experimental de  una há. de superficie, la que sería regada con el agua proveniente de un aparato captador puesto a los  700-800 m. de altitud. El agua bajaría desde dicha altura por una manguera de  1"  hasta un depósito de aproximadamente  1 m3, de donde sería distribuido por mangueras  de sección pequeñísima  ( 2 mm) a cada arbolito.

"Aproximadamente a 1,5 km. del pueblo [de  Chungungo],  hay un llano en declive, provisto de pircas y terrazas que revelan una antigua ocupación agrícola eventual. Allí llegaría la tubería de plástico. Allí se instalarían unos 600 arbolitos frutales de especies que se especifican   [más]  abajo.

"Parcela frutal.

"Esta parcela estaría provista de un cierre de malla ovejera (tipo Ursus), de 1,20 m de altura y una hebra de alambre de púas paras evitar la entrada de cabras.
El método de plantación y el diseño se hará según el Manual: "Metodología  para la instalación  y Análisis de Ensayo de Introducción de especies forestales", recomendado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF) para dar validez científica  a la experiencia. Las especificaciones  del diseño se dan  en párrafo aparte. Las especies que se ensayará serían algunas de las siguientes:  papaya, chirimoya, lúcuma, mango, naranja, limón, kiwi, palto, manzana, pera, y plántano . Mangos y paltos, por  su gran tamaño posterior, deben ocupar un lugar especial en la parcela, diferente  de las especies arbóreas de talla menor.

"Síntesis:

"La experiencia quiere combinar dos elementos, perfectamente  combinables:

a) entrega de cierta cantidad de agua potable al pueblo de Chungungo;
b)  instalación y regadío por agua de camanchaca  de una parcela frutal de  1 há. de superficie.

"Requerimientos técnicos:

"Construcción de dos (o uno solo) aparatos captadores, uno de idéntico diseño al ya instalado en el portezuelo de El Tofo, y el otro con un diseño diferente (combinación de malla, alambre y zunchos plásticos). El agua [procedente]  de ambos aparatos, que estarán contiguos, será enviada mediante una manguera de diámetro adecuado hasta la parcela. [Vea figs. 2,3 y 6.
  "Según los requerimientos de ésta, se ocupará parte del agua  en su regadío ( a través de mangueras de ínfima sección),  y el resto irá hasta el pueblo. Allí un pequeño  depósito servirá de colector. Los habitantes se surtirán de este depósito, que  quedaría a la entrada (parte más alta) del pueblo,  y [será] provisto de una llave.

"Necesidades:

cierro, plantación de 1 parcela de 1 há ......  $ (en blanco)
casa provisoria cuidador parcela..........    ....$
Aparato [captador] Nº 1.............................$
Aparato [captador] Nº 2.............................$
Manguera  aducción....................................$
Estanques de regulación...............................$
Depósitos de agua en Parcela y en pueblo....$.

( Nota:    1 m3 =  1.000 lts/día =  0.27 l/s.)". (Hasta aquí, el texto original).

Luego de este texto,  el original  presenta el croquis que  incluimos aquí en su aspecto original:

Fig. 6. Croquis original trazado por H. Larrain en el borrador del Proyecto de 1982. Este croquis señala la presencia de cinco aguadas, situadas   bastante más arriba del pueblo pescador de Chungungo, pero en sus inmediaciones. La idea fue incorporar también estos pequeños caudales  al   sistema, para incrementar  el monto de agua disponible, a sabiendas de que  el agua de estas aguadas era algo salobre y de menor calidad que el agua atmosférica.

Conclusiones:

1.  La existencia de este Proyecto, apenas dos años después de los tímidos inicios de Mayo 1980, (descritos en un capítulo anterior de este mismo Blog),  nos revela que los investigadores  tenían ya, desde los inicios, la idea fija de  aprovechar ese flujo de agua atmosférica en beneficio directo de la comunidad de pescadores de Chungungo;

2. También  el texto adjunto nos comprueba que se había realizado para entonces numerosas prospecciones en terreno por parte de los geógrafos y antropólogos, tanto de aguadas como de posibles lugares de ubicación de los aparatos captadores destinados a abastecer el pueblo; la información sobre las aguadas vecinas, fue suministrada por los pobladores de Chungungo, en particular por miembros de la familia Cuevas;

3)   Para entonces, la comunidad  pescadora de Chungungo había sido  advertida de la  posible finalidad última de estos estudios; más aún, los pescadores de Chungungo fueron nuestros más activos colaboradores cuando se instalaron, a partir del año 1983,  las primeras   parcelas  forestales, regadas con agua de niebla, en el sector Sur de El Tofo a unos  850 m de altitud;

4)   Para ello, se hizo varias reuniones con la comunidad y se trató de prepararla lo mejor que se pudo para la posible llegada futura del agua de la camanchaca  a su pueblo.  La historia futura  de lo que ocurriría después del año 1994, nos  enseñó que esta preparación fue insuficiente y  precaria y  no se cimentó sobre sólidas bases tanto sociológicas como ecológicas;

5.   Entre  1980 y 1983   al menos cuatro o cinco   tesistas de  las áreas de la geografía e historia de la Universidad Católica  estudiaron en terreno las características  geográficas y antropológicas de la  comunidad  receptora de este futuro beneficio;

6.   Este capítulo  que aquí  hemos mostrado ha tenido  la pretensión de mostrar cuáles eran los objetivos reales de los investigadores. y qué tipo de esfuerzos se desplegaron en su momento para conseguirlo. Si el Proyecto,  después de una breve y exitosa bonanza   (1990-1994), finalmente fracasó, es tema para  un análisis más profundo, en otro contexto.

 Las experiencias del futuro.

7. Estamos ciertos que esta tecnología de captación,  con los avances que ha experimentado en las últimas décadas, será aplicada exitosamente  en un futuro no lejano en la costa norte de Chile, una vez que las comunidades hayan sido muy bien preparadas para este paso y cuando instituciones universitarias o estatales sólidas les presten su respaldo,  apoyo incondicional y duradero. No parece, por ahora, haber otra solución viable. 
Las comunidades solas, dejadas a su arbitrio,  no están hoy preparadas para enfrentar este desafío que significa, a nuestro juicio,  un cambio de mentalidad:  un modo muy diferente, autonómico,  de  enfocar su progreso y desarrollo, en el cual ellos mismos  son y deben ser los protagonistas, no el Estado eternamente paternalista,  protector y solucionador de todos los problemas. Habrá que recorrer mucho camino para lograrlo.  Pero tenemos fe en que un día llegará el momento de hacer realidad este sueño nuestro, iniciado audazmente por nosotros en el verano del año 1980.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Grete Mostny Glaser: Homenaje a una gran investigadora del mundo atacameño. Calama, 05-10-1986.



Fig. 1.   Fotografía de la arqueóloga Grete  Mostny  hacia el año  1975  (?).  Tomada de  la obra de Mario Orellana Rodríguez  titulada : Historia de la Arqueología en Chile, Colección Ciencias Sociales, Universidad de Chile, Bravo y Allende Editores,  (1996: 208)

Fig. 2.  Asistentes al Congreso Internacional de  Arqueología de San Pedro de Atacama, organizado por el jesuíta  P. Gustavo le Paige   S.J., Director del Museo de San Pedro.  Enero 1963.   De  derecha a izquierda, Grete es la tercera persona  de la fila.  El jesuíta Le Paige, de sotana gris, es el cuarto de izquierda a derecha.  (foto en la obra  citada de Mario Orellana,  1996: 208) .


El cinco de Octubre de 1986,  hace más de 27 años, con ocasión del  "Simposio sobre Patrimonio Cultural de El Loa", en el salón de honor de la Municipalidad  de Calama,  se rindió un sentido homenaje a la gran investigadora  de la etnia atacameña, Dra. Grete Mostny. Glaser.  Como invitada especial, la vimos ese día  asistir, ya anciana y cansada,   con reprimida emoción,  al Acto de reconocimiento a su eximia labor. Los organizadores del Simposio, nos solicitaron entregarle el saludo correspondiente, en nombre del grupo de investigadores asistentes. En ese tiempo, me desempeñaba yo como investigador en el Instituto de Estudios Antropológicos de la Universidad de Antofagasta. Agradecí el honor y pronuncié en esa ocasión el discurso en su homenaje, cuyo texto incluimos aquí.

Breve biografía.

Nacida en Linz, Austria el 14 de Septiembre del año 1914, llegó a Chile el año 1939. De origen judío, se vio obligada a huir del régimen nazi con su marido,  y  llegó a nuestro país donde   fue acogida por Ricardo Latcham, Director por entonces del Museo de Historia Natural, quien al poco tiempo la nombró  "Encargada de la sección de Arqueología". Llegó a ser  Directora  del mismo Museo entre los años  1964 -1982, fecha de su retiro. Obtuvo la ciudadanía chilena y casó en segundas nupcias con  Juan Gómez Millas, ex Rector de la Universidad de Chile.  Falleció en Santiago el 15 de Diciembre  de 1991. Pocos días después, el Senado chileno le rindió un sentido homenaje. Se lo merecía con creces.

Cuando se realizó el  Acto de Homenaje en  su honor en la ciudad de  Calama , al que aquí se alude, Grete tenía 72 años bien cumplidos. 

Un Acto del que nadie se acuerda.

No quisiéramos que este Acto (del que ya nadie se acuerda) y  este homenaje pase desapercibido para la futura historia de Calama y de los pueblos atacameños. Por eso hemos decidido estampar aquí el texto completo del discurso pronunciado aquel día,  texto seguramente largo tiempo olvidado y, tal vez,  ya desaparecido de los anaqueles del otrora  vigoroso "Centro Cultural de Calama".  A través de sus párrafos,  podremos seguir los diferentes capítulos de la incansable vida de investigación de esta notable arqueóloga  extranjera, avecindada en nuestro país y nacionalizada chilena.


Texto del  discurso.

" A  GRETE  MOSTNY,  CON  ADMIRACIÓN  PROFUNDA.

"Chile la ve llegar en 1939, cuando nuestra arqueología estaba aún en pañales. Si bien brillantes pioneros como Max Uhle, Ricardo Latcham,  Aureliano Oyarzún y Augusto Capdeville y otros más, habían ya hecho señalada obra en la presentación de algunos hitos fundamentales  en la arqueología nacional, particularmente en nuestra zona atacameña, Grete se dedicó con pasión y entusiasmo  a profundizar  y ampliar el campo de estudio.

"A través del Museo Nacional de Historia Natural de Santiago que la cobijó durante casi toda su fructífera labor antropológica y arqueológica, Grete nos fue entregando más de 100 trabajos científicos, en su mayoría de tipo arqueológico, enriqueciendo con ellos considerablemente nuestro conocimiento de la  1ª y 2ª Región.

"Su sólida formación humanista y su doctorado en Bélgica en Filología e Historia  de Oriente, le otorgan la seriedad y la metodología profunda para enfrentar el examen de nuestras antiguas culturas . Y la egiptóloga en ciernes, se convierte, por un increíble azar político, geográfico y cultural, en la gran experta en la cultura atacameña, maestra y ejemplo de las actuales generaciones de arqueólogos chilenos.

"Si bien publicó valiosas contribuciones sobre la  zona de Arica, la Serena y la zona central de Chile, e incursionó con gran vitalidad en la antropología y etnografía de los grupos fueguinos,  su pasión máxima fueron estos pueblos desérticos, sus oasis, sus hombres y paisajes en esta 2ª Región.

"Reseñemos ahora algunas de sus obras cumbres, con el temor de enfatizar, con cierta parcialidad, aquellos trabajos en los que marcó nuevos rumbos y senderos  a la investigación nacional.  En 1948,  publica  su extenso artículo "Ciudades Atacameñas", fruto de una incansable  labor de terreno y cartografía de las principales ruinas de los antiguos pueblos del área. Tal esfuerzo, hasta hoy, no ha sido superado.

"En 1954 presenta uno de sus mayores y más profundos trabajos: Peine un pueblo atacameño, a la vez antropología, etnografía, lingüística  y biogeografía del pueblo más meridional del Salar de Atacama. La investigación data de 1949. Grete frisaba apenas en los 34 años.  Aquí supo utilizar, sagazmente su predilección por la lingüística, rescatando nuevos antecedentes para el estudio de la lengua atacameña o kunza.  Grete me confiaba  hace pocas horas: "cuando llegué a Peine visité una familia donde había un niño enfermo, me habían pedido que lo llevara a Calama. Ahí oí conversar en una lengua extraña, que no era el castellano. Me confesaron, tras alguna vacilación, que  era un "dialecto" y que lo llamaban  "kunza".
Su contribución al estudio de una lengua, ya por entonces casi del todo extinguida, fue crucial. En efecto, había ya por entonces muy escasos parlantes de dicho extraño idioma, que hasta hoy ha resistido todos los intentos de afiliación lingüística.

"Pero "Peine, un pueblo atacameño", fue también un extraordinario trabajo etnográfico y análisis profundo de costumbres, descripción detalladísima y acuciosa de todos los aspectos de la vida diaria: ajuar doméstico, vestimenta, vivienda, asentamientos, sistemas agrícolas y ganaderos, fiestas y ritual religioso de los habitantes atacameños de la zona. Nada escapa a su ojo avizor,  ni siquiera la flora o fauna, la toponimia o la composición química de sus aguadas o pozos.

"Grete comprende, siguiendo una tradición  de las mejores etnografías extranjeras, que una comunidad humana solo puede ser entendida en su integridad. Antes  de la aplicación de la "teoría de sistemas",  Grete ha comprendido que el pueblo o comunidad es un "todo" un "sistema" el que,  por tanto, exige análisis integral de todos sus componentes. Cuando por entonces apenas hablábamos de  ecología, su análisis no ha sido superado ni lo será por mucho tiempo. Más aún, me atrevería  audazmente a afirmar que esta obra magna es la única etnografía realmente completa escrita hasta hoy en Chile.

"Me confiaba su autora hace algunos instantes aquí en Calama: "ojalá se hiciera, después de transcurridos casi 40 años un nuevo estudio de Peine, para  detectar sus cambios, su  transculturación". Tarea ímproba que habría que emprender un día, sin duda, tras las huellas frescas de Grete y con su misma tenacidad  [y agregaría yo hoy,  2013,  con su idéntica metodología de análisis].

"Sorprende recorrer  las apretadas páginas de este riquísimo estudio. Parece increíble que tal obra haya sido hecha  por solo tres personas (un  geógrafo, un antropólogo físico y una antropóloga: la misma Grete) en el espacio de solo tres semanas de arduo trabajo  en terreno. ¡Ejemplo y lección para nosotros, sus seguidores, que podemos llegar hoy a las comunidades con tanta facilidad, rapidez, y  comodidad!.

"El influjo e impacto inca, en la zona central del país,  muy poco estudiado  hasta entonces, recibió un inusitado impulso. con la publicación de dos trabajos claves: "Un cementerio  incásico en Chile Central (La Reina,  Santiago)", en  1947 y "La momia del Cerro El Plomo" (1957) que reseña el descubrimiento de un sacrificio humano de una niña lupaca  a las divinidades de las aguas y de los montes. Trabajos ambos que arrojaron nueva luz sobre el poblamiento de colonos y colonias incaicas  hasta la zona del río Maipo.

"Junto con el Dr. Alejandro  Lipschutz viaja al extremo sur (Punta Arenas e isla Navarino)  a estudiar aspectos de la biología y antropología cultural de los últimos descendientes de los yámanas o yaganes. La historia y cultura de los grupos étnicos en vías de extinción ha sido,  también, una obsesión de Grete.

"Su amplio conocimiento de la  arqueología chilena le permitió escribir, en apretada síntesis, su obra de divulgación: "Prehistoria de Chile", que ha conocido innumerables ediciones y que ha sido el vademecum  obligado de la arqueología de los grupos indígenas chilenos para todo el estudiantado nacional.  Sin esta obra de Grete habría carecido el joven chileno del trabajo básico que le  le abría el acceso al conocimiento científico de nuestras raíces prehispánicas.

"Variados otros aspectos de la antigua cultura atacameña ha  quedado  en evidencia en los estudios de Grete: sus ideas religiosas, su arte rupestre singular y bellísimo, su  artesanía, su vestimenta y adornos, aspectos que otros investigadores en esta misma oportunidad  [i.e. en este mismo Simposio]  han seguido profundizando.


[Síntesis de su legado].

"Yo me atrevería  audazmente a sintetizar el legado de Grete Mostny en lo siguientes aspectos:

a)   es absolutamente necesario hacer las investigaciones sobre las culturas  y los pueblos  en el terreno mismo, no desde el solo gabinete;
b)   es preciso aplicar la más avanzada tecnología de estudio que sea posible adquirir. No hay que ir a "ensayar" con las comunidades;
c)   es preciso trabajar en equipo. Una comunidad es un todo sistémico que debe ser enfocado en su globalidad;
d)   si es siempre necesario comenzar con numerosos análisis de detalle, se ha de procurar, sin embargo, llegar  síntesis generales con el objeto de hacer avanzar la ciencia antropológica;
e)  es indispensable perseguir temáticas relacionadas entre sí, en zonas próximas, a fin de llegar a conclusiones válidas; hay que evitar a toda costa la dispersión tanto temática, como geográfica;
f)    hacer ciencia antropológica  es la suma de tesón, observación,  método, análisis sistemático y control repetido. La ciencia no se  hace en conversaciones de pasillo, ni en las charlas; ni siquiera en los Congresos. Se realiza en el estudio profundo y silencioso, tesonero e incansable;
g)   para hacer ciencia hay que tener avidez por aumentar el conocimiento para el provecho de toda la nación, no sólo para el solaz intelectual de unos pocos "iniciados" o entendidos.


"La figura de Grete se agiganta hoy junto al recuerdo de un Max Uhle, Ricardo Latcham o Gustavo Le Paige, antecesores heroicos del conocimiento de  la cultura atacameña: la del pasado y la del presente.

"Estamos  profundamente convencidos de que el conocimiento vívido, profundo y sistemático del pasado de nuestra Región [Antofagasta]  es y será siempre el único modo de entender las reacciones y vivencias del poblador autóctono. de nuestros pueblos actuales. No hay acción social o cultural, de cualquier tipo que sea,  que pueda darse el lujo de  ignorar la historia, y el desarrollo evolutivo de la vida de los pueblos.

"Grete, quien supo  aunar el estudio arqueológico y el etnográfico actual de los habitantes del ecúmene atacameño,  nos ha dado la gran lección. Ojalá  sigamos  decididamente sus huellas.

"Verla hoy aquí, erguida y pálida, pero ansiosa y soñadora, junto a nosotros, para dar juntos cima al primer "Simposio sobre el Patrimonio Cultural de El Loa", es para nosotros médicos, arquitectos, antropólogos, historiadores y arqueólogos interesados en esta comarca,  ocasión de estímulo y tremendo desafío.  Y para el pueblo y autoridades de Calama,  es ella el símbolo  viviente  de un renacimiento y vivencia de los grandes valores culturales del pasado".

He dicho.

Recuerdo personal de esos días.

El día anterior,  4 de Octubre de 1986,  todos los asistentes al Simposio habíamos subido en bus  a visitar el alejado pueblito de Caspana. Fue este viaje respuesta a un deseo explícito de Grete. Recuerdo bien la lenta repechada del grupo caminando entre las piedras  por los tortuosos senderos del pueblo, observando con atención  las viviendas,  sus habitantes y sus hábitos. Éstos, curiosos, no  podían imaginar siquiera  quién era su ilustre visitante. Acompañé a Grete durante todo ese trayecto  y percibí, en sus ojos y en su mirada penetrante -tan característica suya-  el interés y la emoción  que le producía visitar Caspana,  después de tantos años. Ese fulgor de su cariñosa mirada  que,  transcurridos tantos años, aún conservo fresco y vivo en mi memoria.

Un día, Dios mediante,  daremos a conocer la conversación que sostuve durante todo aquel viaje a Caspana, con Grete,  sobre variados temas atacameños. Esa grabación que conservo hasta hoy  y nunca ha sido transcrita,  nos va a dar  tal vez  más de alguna sorpresa, al transmitirnos retazos de su legado antropológico, como producto directo de esa visita. Visita inolvidable que  no podré olvidar,. Fue la última vez que ví  yo  y traté a  Grete, quien  partiría de este mundo solo cinco años después.

 Fue su postrer adiós al mundo atacameño.


Epílogo.

Muy poco material nos ofrece hoy la web sobre esta eximia investigadora de nuestra arqueología nacional. Ni siquiera buenas fotografías suyas. La pequeña biografía que le dedica  Wikipedia es por desgracia, débil, incompleta e insuficiente. No reseña su riquísima  bibliografía sobre los temas atacameños,  o sobre  los descubrimientos de las cultura inca.  No nos demuestra  su importancia como consumada  arqueóloga y etnógrafa.  Mucho nos sorprende esta carencia que quisiéramos de algún modo remediar en este capítulo. Tampoco ahonda mayormente en su  magnífico legado la obra de Mario Orellana,  dedicada a la  historia arqueológica  de Chile (Bravo y Allende Editores, 1996).

Ojalá un  día  -tal como se hizo con el investigador Hans Niemeyer-  algún arqueólogo con dotes de escritor emprenda la nada fácil tarea de trazar una rica biografía de esta notable investigadora que pasó casi toda su vida  investigando realidades culturales de nuestra patria y en nuestra patria, a la que dedicó sus mejores energías. El año próximo celebraremos el centenario de su nacimiento en Linz, Austria.  Sería el momento exacto para presentar una buena biografía de Grete. El Museo Nacional de Historia Natural  de Santiago debe guardar, sin duda, un rico acervo fotográfico y documental sobre su quehacer arqueológico y etnográfico. Alguien debe explorarlo y explotarlo, en beneficio de las futuras generaciones de investigadores. El legado de Grete queda, mientras tanto, esperando la aparición de un buen biógrafo.  Pero éste  deberá estar familiarizado con el idioma alemán,  lengua que ella aprendió desde la cuna y que usó en muchos de sus apuntes.  La gran duda: ¿llevó Grete un "Diario de Vida" o de terreno?.  Es muy probable. ¿Alguien lo sabe?.


Esa biografía es  una deuda pendiente de nuestro país para con ella. ¿Quién recogerá  el guante?.








martes, 24 de diciembre de 2013

Nuestra primera experiencia de captación de agua de la niebla: Caleta Temblador en Mayo del año 1980.



El  área de Caleta o Playa Temblador, lugar de la experiencia piloto del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile.  



Fig. 1.   Caleta Temblador en los  primeros días de  Mayo del año 1980. En los cerros del fondo, cubiertos de neblina, se instaló el primer captador experimental del tipo Grunow, según modelo recomendado por Carlos Espinosa, el  1° de Mayo del año 1980. La foto fue tomada desde el extremo Weste de la playa Temblador hacia el NNE.  (Foto Nazareno Carvajal). 

Nuestro objetivo: Caleta Temblador en Mayo de 1980.

En dos de los últimos capítulos de mi Blog me he referido in extenso  a esta localidad del Norte chico chileno y a las experiencias allí vividas a comienzos del año 1980. En esta oportunidad, quisiera destacar y recalcar   la investigación geográfica  pionera realizada  en esas fechas por el Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile bajo la dirección de la geógrafa Pilar Cereceda Troncoso. La meta:  comprobar  en terreno la posibilidad de captar agua de la camanchaca o niebla costera en los cerros, frente al mar. Así comenzó nuestra investigación de la niebla, la que  aún prosigue en la actualidad (2013). Pero no fuimos nosotros,  ciertamente, los pioneros en este esfuerzo: solo fuimos los continuadores de una epopeya  nacida en el año 1957, en Antofagasta. Su gran propulsor e innovador en este campo, físico de profesión,  se llama Carlos Espinosa Arancibia. La Universidad Católica del Norte, en Antofagasta,  le ha concedido recientemente (con fecha 28 de Mayo de 2013)  el título honorífico de "Doctor Honoris Causa" por su brillante trayectoria en el  estudio de  los métodos para captación del agua de la niebla o camanchaca.     .
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Humildes comienzos.

Muy poco se conoce y se ha divulgado acerca  de los humildes inicios  de esta investigación en Chile sobre este notable recurso hídrico encerrado en la nubes rasantes de la costa desértica chilena. Se  ha escrito y aún se escribe hoy mucho acerca de la importancia de la captación del recurso agua contenido en las nieblas costeras o camanchacas. Pero muy poco se sabe o se nos informa acerca de los inicios.  De sus éxitos y de sus fracasos.  Menos aún, acerca de sus primeros héroes anónimos o casi desconocidos.  Este capítulo viene a  llenar tan solo en parte esta vacío y mostrar, con algunas fotos de la época,   qué pudimos hacer  a partir del año 1980,  con los humildes medios con que entonces se contaba.

Los inicios del estudio de la niebla y su captación en  Chile.

Los inicios en nuestro país se conectan con las primeras investigaciones  realizadas por el investigador y físico de la Universidad del Norte, Carlos Espinosa Arancibia.  A partir del año  1957, en el departamento de Física y Matemáticas de la Universidad del Norte en Antofagasta, se inicia esta gesta  memorable. Fueron sus iniciadores  el propio don Carlos, su sobrino  Raúl  Muñoz,  y el  sismólogo jesuita, padre Germán  Saa   S.J. Les acompañan al principio  un matemático, un ingeniero (Lanfranco)  y  otros jóvenes ayudantes. Pronto se les agregará el físico Ricardo ("El Rucio")  Zuleta.  En forma  muy humilde, casi sin medios, y utilizando alambres y luego hilos muy finos de perlón (nylon), construye Carlos Espinosa los primeros captaneblinas que el padre Saa denominará   "hemiclémetros", voz que no llegó a prosperar. Espinosa inventa una estructura captadora de  humedad  atmosférica que denomina " estructura macrodiamante" y que patenta en beneficio de la Universidad.

Los primeros artículos de investigación sobre la niebla en Antofagasta.

De estos casi incógnitos inicios y sus primeros resultados, nos habla el pionero artículo de  Carlos Espinosa: "Captación de agua atmosférica en Mina Portezuelo, desierto de Atacama, entre el 6 de Noviembre de  1959 y el 8 de Marzo de 1961",  publicado en el Boletín de la Universidad del Norte, Antofagasta, en 1961. Unos años después,  Raúl Muñoz E., de la misma Universidad, escribe: "Captación  de agua en la Provincia de Antofagasta", publicado en la Revista de la Universidad del Norte, Antofagasta,  N° 2, Abril 1967:  65-74. Varias publicaciones posteriores de los físicos  Espinosa, Zuleta y Alcayaga, entre los años 1965 y 1978,  dan cuenta  de los avances y ensayos del grupo de Antofagasta  que  por más de quince años prosiguió incansablemente sus investigaciones, instalando captadores en numerosos lugares de la costa de la provincia de Antofagasta..  El tema interesaba por entonces  a las autoridades por  la terrible necesidad de agua   para las poblaciones costeras,  situadas en el desierto más árido de la tierra.

La labor tesonera de Carlos Espinosa.

El aporte de Carlos Espinosa y su equipo de la Universidad del Norte queda  bien descrito y reseñado  por el hidrogeólogo Christiaan Gischler, en su  excelente obra de síntesis: "The missing link in the production chain:  vertical obstacles to catch camanchaca" (UNESCO- ROSTLAC, Montevideo,  1991, 197 p.; ver especialmente páginas  25-28). La obra  destaca, con lujo de detalles,   todos los estudios y trabajos realizados entre los investigadores de  Chile y Perú  para coordinar esfuerzos tendientes a   realizar acciones comunes  en pro del fomento de esta tecnología de vanguardia en la costa del Pacífico.  La obra de Gischler es absolutamente fundamental para todos aquellos que quieran introducirse en el estudio de este tema, tanto en Chile como en el Perú.

Mi propia experiencia.

Cuando me incorporé en Junio del  año 1963 a la Universidad del Norte (Antofagasta) como joven docente, tuve la suerte de acompañar a Germán Saa y Carlos Espinosa a conocer  los ensayos de captación de agua de la niebla  que se efectuaban por entonces en la Mina Andrómeda. Pude ver vivo y frondoso al famoso ciprés  (Cupresus sp)  que fue plantado por los investigadores en el lugar y que era alimentado con  un captador de niebla.  Muchos años más tarde,  en 1985, volví a visitar a pie el lugar donde aún se podía ver los restos secos  del mentado ciprés que sobrevivió varios años solo alimentado solamente  por la camanchaca costera.

Los comienzos humildes de nuestro proyecto  en Caleta Temblador.    

Alentado por lo que yo  había  visto personalmente   en las alturas de El Tofo, a unos 900 m de altitud s.nm. en el verano del año 1980,  (según ya lo he relatado en el capítulo:  "Una excavación fortuita:  hallazgo de un entierro humano en Mayo del año 1980", de Noviembre 2013 en este mismo Blog), pude entusiasmar a varios geógrafos de la Universidad Católica de Chile en Santiago. De esta suerte,  con Pilar Cereceda T., y el  hideogeólogo Joaquín Sánchez,   decidimos   retomar estos estudios, pero ahora no en Antofagasta sino en la zona de Caleta Temblador y Caleta Chungungo. Aquí  creía yo haber localizado  un excelente sitio de producción de agua de niebla, en las alturas de El Tofo (Cordón Sarcos), exactamente en el lugar donde se alzaban las casas de los altos ejecutivos de la mina y su hospital. A inicios del año 1980, la Compañía de Aceros del Pacífico (CAP) había cesado pocos años antes la explotación de esta mina,  al bajar  considerablemente  el precio del hierro a nivel mundial.  El campamento minero, ubicado en las alturas de El Tofo,  estaba en franco proceso de desmantelamiento. Centenares de casas de obreros y altos empleados eran demolidas sin piedad ante nuestros ojos. El magnífico hospital, orgullo de la zona, sucumbía ante la picota  de  fornidos operarios. Pocas construcciones se erguían aún  en pie en lo alto de los cerros. Pero permanecían intactos los antiguos estanques y piscinas de acumulación de agua, no pocas cañerías y ductos y  algunas elevadas  antenas.

La humedad captada por el follaje de los árboles.

En esos días cálidos  de Enero de 1980, cuando recorría yo con mi hijo Carlos, de tan solo siete años, incrédulo y maravillado, estos hermosos sitios poblados por decenas de  enormes y frondosos eucaliptus y algunos pinos (Pinus insignis), fuimos testigos del milagro. Observamos, en efecto,   cómo éstos destilaban el agua que la neblina había depositado en su follaje, en forma de minúsculas gotitas, mojando completamente el suelo. El hallazgo de  ejemplares nuevos de eucaliptus, nacidos al amparo de la humedad y la presencia de  musgos y líquenes, en pleno mes de Enero, nos convenció muy pronto de que  esta área parecía prestarse de maravilla para reproducir aquí las experiencias del grupo de Carlos Espinosa en Antofagasta. ¿Por qué no?.  Al fin y  al cabo,  los geógrafos físicos del Instituto de Geografía al que yo pertenecía desde el año 1973,  podrían interesarse  en el recurso agua y, también, en el análisis del comportamiento de las nieblas costeras.

Se organiza la primera expedición a los cerros de El Tofo en Mayo del año 1980.

Así fue como, habiendo planteado esta posibilidad en el Instituto de Geografía de la Universidad Católica,  y habiendo mostrado muchas fotografías tomadas en el lugar, la idea prendió de tal manera, que ya para el siguiente mes de  Mayo pudimos organizar la primera expedición para sondear el terreno. ¿Sería El Tofo y sus alturas vecinas un lugar adecuado para la captación de  agua de niebla, como lo eran las alturas de Antofagasta?.  ¿Era su altitud la más adecuada?. El vigor de esos viejos eucaliptus que habían dejado de regarse  por cerca de una década, ¿era un indicio suficientemente claro de la presencia de abundante niebla   y humedad?. ¿Cuál podría ser la mejor altitud para instalar aparatos?.  ¿Cómo saberlo?.  La respuesta  a estos nuestros interrogantes era obvia: había que ensayar y probar. Y fue precisamente  lo que hicimos. "Ensayo y error"  (trial and error)  fue desde la más remota antiguedad, el método seguro para la fabricación de utensitios y herramientas  por parte del hombre del período arcaico. Había  que hacer ahora exactamente lo mismo.  ¡Y lo hicimos!.

Contactos con don Carlos Espinosa.

Apenas iniciamos en Marzo siguiente  el año universitario en la carrera de Geografía, tomamos contacto con don Carlos Espinosa, profesor entonces en  el departamento de Física de la Universidad del Norte en Antofagasta. Le explicamos nuestro propósito. De inmediato nos secundó y prestó pleno apoyo, enviándonos copias de todos  sus trabajos  sobre el tema. Se ofreció, además, a resolver todas nuestras dudas y nos animó a proseguir en esta senda que, por entonces   (1980), ya casi nadie  seguía en su propia Alma  Mater, la Universidad del Norte.  Nos consideró desde el primer momento, como sus continuadores, sus discípulos. Y en realidad, lo fuimos. . Su espaldarazo resultó vital  para nosotros y para  conseguir el apoyo del Instituto de Geografía  de la U.C.

Nunca dejaremos de agradecer suficientemente a don Carlos Espinosa  el traspaso generoso de toda su rica experiencia  tanto en materiales como en estructuras  captadoras. Nada mejor que evitar errores ya conocidos a través de la experiencia de terceros, y avanzar así resueltamente a la búsqueda de mejores soluciones técnicas y de mejores sitios posibles de captación. La experiencia en terreno de los geógrafos físicos y su dominio de la cartografía y fotografía aérea, era  un evidente  plus en este etapa de nuestra investigación.

El instrumento captador usado en esta ocasión.

Don Carlos Espinosa nos recomendó usar este  tipo  (Vea Fig. 2), bien  conocido como el "tipo Grunow" por su inventor, ya  que con este mismo aparato se habían realizado, por parte del climatólogo alemán   Jochem  Kummerov,  en los cerros de Fray Jorge  (IV Región de Chile) , las primeras mediciones de niebla en Chile.  Kummerow se había desempeñado a mediados de los años 50, como profesor de física en la Universidad de Chile.  Su experiencia en el  estudio  de la física de nubes, eran mundialmente reconocida. 

Fig. 2.  El cilindro  de 2 metros de alto y un diámetro  de  70 cm.  tejido pacientemente  con  1.380 hilos finísimos de perlón (cada uno de 1/2 mm de grosor), destinado a  hacer condensar  la niebla en diminutas gotitas de  agua  las que, al aumentar de tamaño,  se deslizan hacia el depósito de la parte inferior  (capacidad de 150 L).  Este fue el aparato, construido en Santiago por Nazareno Carvajal, alumno recién titulado en Geografía,  de acuerdo al modelo de Grunow sugerido al equipo por el físico don Carlos Espinosa Arancibia.   A la izquierda, Nazareno Carvajal, constructor del instrumento.  Esta fotografía como la de la parte superior de este capítulo formaron parte de un pequeño artículo, redactado por el propio Nazareno Carvajal en una pequeña revista  de los alumnos del Instituto de Geografía de la U.CV. llamada "Geohabitat"  (Número 3,  Año 1980).   Allí se dejó constancia de esta experiencia piloto que pasó a ser  el inicio de una larga serie de investigaciones sobre la niebla costera del Norte de Chile, por parte de la geógrafa Pilar Cereceda y su equipo de ayudantes geógrafos.  ( Foto tomada en Playa Temblador el  2 de Mayo 1980). 
La primera captación:  4,25 lts. en 24 horas.

Nazareno Carvajal, el hábil constructor de aparato, fue el encargado de subir  a cuestas, ayudado por otras dos personas,  el delicado instrumento  por las laderas del cerro. La  espesura de la vegetación de este jaral costero, constituido por numerosos arbustos  y  plantas anuales, dificultó muchísimo el ascenso de los   esforzados jóvenes geógrafos. Por fin, pudo ser instalado la tarde del día 2 de Mayo del año 1980,  a los 500 m. de altitud sobre el nivel del mar.  La tupida vegetación de estos cerros, impidió ponerlo más alto. como era la intención  primera del equipo.  Ansiosos dormimos - a medias- esa noche en nuestras carpas, porque  todos anhelábamos saber el resultado ¿Captaría algo de agua nuestro instrumento? ¿Cuánto?.   ¿Era este monto algo significativo?. ¿Había valido la pena el esfuerzo desplegado durante semanas de preparación?.

Tras 24 horas, acudimos todos a ver el resultado. Recuerdo haber acompañado a Nazareno y a Pilar, esquivando arbustos y espinas, cerro arriba  porque todos estábamos ansiosos de saber cómo había funcionado el aparato de Grunow.  La medición del contenido del tambor que servía de base al instrumento, nos arrojó la cantidad de 4,25 lts. en 24 horas. Años después, y tras múltiples experiencias en terreno,   aprendimos que el mes de Mayo no era un un mes  particularmente apto, y que la altitud de 500 metros  era todavía muy insuficiente.  Pero saltamos de gozo con el resultado: ¡habíamos captado varios litros de agua atmosférica pura!.  Era el premio al esfuerzo desplegado.

El entusiasmo del equipo.

La rica experiencia de cuatro días en terreno enriquecido con un descubrimiento arqueológico en el conchal de la Terraza-2  y con la constatación  fehaciente de una excelente captación de agua,  fue el mejor premio a esta expedición.   Nuestro "eureka" se escuchó sonoro y vigoroso  por la zona y retumbó en los cerros vecinos. Habíamos triunfado.  El agua atmosférica, contenida en la niebla,  podía ser captada por este tipo de aparatos y, además, el agua recogida resultó ser de excelente calidad. Por cierto todas la probamos. Teníamos la  sospecha que podría tener algún gustito salino. No fue así,  sin embargo para nuestra satisfacción..

Epílogo.

Hemos querido reseñar cómo fueron nuestros humildes comienzos, en base a nuestros escritos y fotografías de la época y nuestros recuerdos,  ya un tanto difusos. Así  nació  el estudio de la camanchaca  en la Universidad Católica en 1980. Humildemente, como todos  los comienzos de las cosas grandes. Los hechos ocurridos y sus detalles,  a veces nimios,  son importantes para el día en que alguien  escriba esta verdadera historia: la historia de los humildes comienzos del la investigación de la neblina en Chile y sus promisorios augurios  para el futuro de las zonas desérticas. Porque esa "historia" deberá ser escrita  "tal y como sucedieron los  hechos",  como nos enseñara el gran historiador Léopold  Ranke.

 Un merecido premio.

El que fuera nuestro gran propulsor  y  apoyo en todo momento, desde nuestros  inseguros comienzos, el físico antofagastino  Carlos Espinosa Arancibia, recibió por fin,  hace solo  unos pocos meses  atrás (Mayo 2013),  a sus ochenta y  seis  años de vida, un merecido homenaje de su  Alma Mater, la Universidad del Norte. Ya era tiempo. En estricta justicia,  sin embargo, debió haberlo recibido muchos años antes.  Pero, como reza el  conocido proverbio: "más vale tarde que nunca...".

Es éste un terrible sino que nos persigue como país: olvidamos muy fácilmente  a los  "pioneros", aquellos que "se  quemaron los ojos y las pestañas" estudiando o trabajando en terreno en pos de un ideal, hasta conseguirlo. Hoy  nos parece tan obvio este  resultado; pero ¡qué difícil  fue alcanzar esta etapa!. ¡Cuántas expediciones, cuántos fracasos!; ¡Cuántas ilusiones y esperanzas!. La perseverancia con que Carlos Espinosa  emprendió esta ruta, sin  desfallecer, sin desanimarse, nos alienta hoy a seguir sus pasos.



A raíz del reciente Acto de concesión del doctorado Honoris Causa por su Alma Mater, la Universidad Católica del Norte de Antofagasta  en Mayo 2013 bautizó el nuevo Auditorio de la Universidad con el nombre de nuestro querido amigo y maestro Carlos Espinosa.  De sobra merecido.  Al medio de la fotografía, Don Carlos,  acompañado de su esposa Cristina y  rodeado de directivos de su Universidad.





sábado, 21 de diciembre de 2013

Hace unos 5.000 años atrás: una mujer mariscadora de Caleta Temblador. Una meditación sobre el pasado arqueológico de la costa norte chilena.


Fig. 1. Caleta Temblador tal cual nos la ofrece  Google Earth. (Coord. UTM 276.054  E y  6.735.885 N). Se muestra aquí el lugar exacto del hallazgo del entierro en el extremo  SSW la terraza marina de Playa Temblador.


Fig.  2. La playa Temblador  en Mayo del año 1980, con motivo del descubrimiento. El hallazgo se produjo en el extremo derecho, abajo, de esta fotografía. (Foto Nazareno Carvajal).



Fig.3.  Observan el descubrimiento, de izquierda a derecha,  Fernando Gutiérrez y María Elena Meneses (estudiantes de geografía  U.C.) y Juan Carlos Valdivia. (Foto Nazareno Carvajal, tomada de Norte a Sur).

Fig. 4.  El cráneo de la joven  mariscadora  tal cual apareció a la vista  aquel día  2 de Mayo  1980. (Foto Nazareno Carvajal).   Observe la gran concha de loco (Concholepas concholepas)  puesta sobre la zona del pecho  de la difunta, probablemente en forma intencional. Pudo haber sido uno de sus utensilios personales. 


Fig. 5.   El cráneo femenino de nuestra mariscadora de Caleta Temblador, de costado   Observe la boca entreabierta.  (Foto Nazareno Carvajal, acercamento).

Antecedentes.

En el capítulo anterior de mi Blog  (8-11-2013) presentamos  los detalles de una excavación fortuita, casual, efectuada por nosotros en el año  1980 en  un conchal del Norte Chico de Chile, concretamente en Caleta Temblador, a unos 75 km. al Norte de la ciudad de La Serena.

De acuerdo al protocolo que  en esa época nos entregó  la antropóloga  física  Silvia Quevedo, del Museo Nacional de Historia Natural,  el entierro correspondía al de  una mujer de  unos 27-28 años de edad. No se nos especificó las posibles causas del deceso.

En esta ocasión, fieles a nuestra misión de dar cuenta detallada de estos hallazgos casuales,  presentaré diferentes vistas del cráneo de esta  antigua pescadora-recolectora marina, que vivió y murió allí, hace unos cuatro o cinco mil años. Las fotografías  fueron tomadas  precisamente para este capítulo.    Para los detalles del hallazgo y conocimiento más cabal de la terraza marina donde fue hallado, remito al lector a dicho capítulo  escrito el  8 de Noviembre del 2013  y que titulé:   Una excavación fortuita: hallazgo de un entierro humano en Playa Temblador en Mayo del año 1980".




Fig. 6.   Croquis de campo, conservado en nuestra bitácora,  de la terraza marina alta, donde  se produjo el hallazgo, en el extremo Weste del conchal arqueológico señalado en el croquis con un pequeño cuadrado.

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Fig. 7. Una de las pocas fotografías que se conserva del hallazgo del  2 de Mayo 1980  ( Diario de Campo H. Larrain Tomo  XV:   40-41);  (foto  tomada por Nazareno Carvajal).

Objetivo de este trabajo.

Al presentar hoy esta antigua evidencia arqueológica y osteológica, hallada casualmente por nosotros en 1980,   nos mueven tres razones poderosas:   a)  dejar constancia de este hallazgo en ese preciso lugar para futuras investigaciones  que tengan por misión estudiar el antiguo poblamiento costero desde un punto de vista arqueológico y biológico;  b)  reflexionar  sobre la misión concreta que esta joven mujer tenía en dicho lugar. Este intento, evidentemente, linda ya con la   literatura  de carácter etnográfico y arqueológico que ha estudiado el   modus vivendi de estos grupos  trashumantes de nuestra costa desértica, hace cuatro o cinco mil años atrás; pero también  de alguna manera, se codea  con la "ciencia ficción" y podría servir de base a escritores y  artistas  para  ahondar, con base científica,  en el modo de vida de los grupos antiguos y, por último, c)  dar cumplimiento a nuestro compromiso como  científico de dar a conocer a la posteridad los hallazgos en los que, de una u otra manera, nos ha tocado ser parte. Cada descubrimiento es único e irrepetible. Y, en este sentido, el científico no puede  eludir su responsabilidad de  dar a conocer aquello de lo que fue testigo presencial o, directamente,  como en este caso,  como  protagonista.  

Un pequeño aporte al conocimiento  del ethos  humano prehistórico.

Pequeños rasgos -como en nuestro caso el hallazgo del pendiente o pectoral hecho en  concha de loco o la ofrenda de machas en gran cantidad-  pueden ser, desde el punto de vista cultural, de enorme significación e importancia. Faltaría a su ética profesional - a nuestro juicio- el investigador que  no diera a conocer sus hallazgos, aún aquellos que nunca  alcanzaron la forma de un artículo especializado y que quedaron, por ende, en borrador. Lo que por casualidad nos ha sido dado  encontrar en Caleta Temblador en Mayo del año 1980,  aunque aparentemente insignificante,  debe pasar a ser parte del gran depósito del conocimiento universal. Es a no dudarlo, un elemento más  para  atisbar el modo de vida y creencias de estas hordas pescadoras y mariscadoras que recorrían incansablemente los ecosistemas de la costa, en busca de su sustento diario hace varios milenios atrás.  Nuestro hallazgo podría, así,  llegar  a ser  un "eslabón"  en la cadena de conocimientos sobre un grupo étnico cualquiera.   ¿Tendríamos entonces el derecho a ocultarlo,  ignorarlo o desecharlo?. Estimo que no. Por eso se estampa ahora y aquí.  A más de algún  investigador le podrá ser útil. Y ojalá así sea. 

Circunstancias del hallazgo.

Ocurrió  el día 2 de Mayo de 1980.  Estábamos estudiando la profundidad y extensión de los conchales arqueológicos. Era ésta  nuestra  viva preocupación en aquellos días. Los geógrafos del equipo, dirigidos por Pilar Cereceda Troncoso, del Instituto de Geografía de la Universidad Católica,   se preparaban para instalar el primer atrapanieblas, según el modelo de Grunow,  para  capturar el agua de la niebla  Fue el inicio experimental de una gran gesta de captura  de agua de niebla,  por parte del equipo de la Universidad Católica. Yo todavía no entraba de lleno en la investigación de la niebla, lo que sin embargo ocurriría  muy pronto. Con un joven geógrafo que me acompañaba como ayudante de campo,  Fernando Gutiérrez,    tomábamos  nota cuidadosa  de los conchales arqueológicos, visibles a simple vista.

Aparece un entierro humano.
  
En esta tarea  me encontraba  cuando, al  hacer un pequeño pozo de sondeo de  20   x 20 cm.  en el extremo del conchal donde me pareció se daba la mayor profundidad, y a una hondura  de  45 cm, tropecé con  un hueso. Resultó ser parte de un fémur humano. Esta circunstancia nos obligó a seguir la excavación,   dejando al descubierto el cuerpo completo (esqueleto) que resultó  estar  en posición extendida decúbito dorsal,  con  la cara  levemente levantada. (Figs. 3, 4  y 5 ). El cráneo - del que  abajo presentamos numerosas fotos- presentaba  algunas partes faltantes en su parietal, temporales  y  occipital. El resto del esqueleto estaba virtualmente íntegro. El cráneo y el cuerpo  miraban casi exactamente al Este, el lugar del nacimiento del sol, como lo acredita nuestra Figura 3. ¿Mera casualidad?,  ¿o, tal vez,  premeditada postura corporal?. 

 Ofrendas funerarias.

Al parecer, como únicas ofrendas se veían, junto al cuerpo,  un  instrumento primitivo  en lava volcánica  (del tipo chopper o percutor  muy primitivo), una gran concha de choro (Concholepas concholepas) y un pequeño pendiente, muy bien trabajado,  en concha de choro zapato (Choromytilus chorus). Este último apareció junto al húmero derecho. Otras pequeñas conchas halladas,  como un fragmento de apretador (Chiton sp.), y un ejemplar de gastrópodo pequeño del género Tegula sp., creemos formaban parte del material conchífero propio y natural del conchal y no fueron puestas  ad hoc en el entierro.. 

¿Alimento para el viaje al más allá?. 

Una observación más fina, sin embargo,  nos hizo descubrir, a unos 5 cm. sobre el cráneo y parte de la cara, un conjunto llamativo de pequeñas  valvas del bivalvo que en Chile denominamos  "macha" (Mesodesma donacium), puestas allí  evidentemente en forma intencional. No se las  halló en ningún otro lugar del enterramiento. Contando las valvas pequeñas de machas,  éstas sumaron  un total de  42 individuos, todos muy pequeños. Todos los ejemplares  ostentaban un color  café claro, como si hubiesen sido  cocidos, o, tal vez, sancochados.  El ejemplar de mayor tamaño solo medía   5.4 cm de largo. Tengamos presente que las machas   ya adultas, pueden llegar a medir   hasta 8 y 10 cm. de largo.¿Qué hacían estas  42  machas aquí? ¿Cuál podría ser  su sentido  y significado?.  El maxilar inferior de la difunta estaba entreabierto aproximadamente  unos  dos  centímetros  (Vea Fig. 5 ) y algunas de las  valvas se veían asomar desde el interior de la boca. ¿Qué podría significar esto?.  ¿Algo meramente casual o  algo enteramente premeditado?. 

Fig. 8.   Dibujo nuestro del pequeño pendiente o pectoral   que presentaba el entierro humano femenino.

Hagamos un poco de ciencia ficción.

A través de la etnografía comparada de los pescadores- recolectores de nuestras costas, sabemos que las mujeres eran extraordinarias mariscadoras y recolectoras y, sobre todo buzos, para la extracción de moluscos que viven a bajas profundidades. No solo los hombres. Cuando los hombres en sus piraguas de madera o balsas de cueros de lobos marinos (en el caso del Norte chileno), se hallaban ausentes  en caletas lejanas, pescando o preparando pescado seco o ahumado para  traer de vuelta a casa, las mujeres  eran las encargadas de sostener el hogar. Para ello debían  recorrer a diario las playas próximas  a sus  viviendas, recolectando algas marinas  (luche y cochayuyo) y recogiendo en la bajamar  machas  y otros bivalvos como choros, choros zapatos o almejas de diferentes especies. Era éste, con toda probabilidad,  su sustento diario hasta que llegaban los maridos ausentes y sus balsas,  con una nueva remesa alimenticia.

 La  contaminación marina  actual de Iquique, Tocopilla o Antofagasta. 

Nuestra costa es especialmente rica en este tipo de especies. O mejor dicho  -digámoslo sin miedo-  "era muy rica"  en dichas especies, las  que hoy   difícilmente se encuentran, sobre todo en las vecindades de las grandes ciudades costeras. La existencia de enormes  colectores de aguas servidas, arrojadas impunemente  al mar, a escasa distancia de la costa,  y la incesante  e incontrolada extracción  de especies marinas por buzos y mariscadores,  ha hecho prácticamente desaparecer para  siempre  estas especies de extensas zonas de nuestro litoral. Algunas como el  llamado "choro zapato" (Choromotylus chorus)   son hoy una  gran rareza en  la costa chilena. Están  hoy totalmente extinguidas en grandes segmentos de la costa.


Hoy son,  tristemente,  playas  "clínicamente muertas" desde el ángulo biológico.

Las playas de Cavancha  o  Playa Brava,  paraíso de turistas  en la costa de  Iquique, son playas técnicamente "muertas" desde el punto de vista de su productividad biológica marina primaria. Hallar  allí una concha completa  de almeja, chorito maico,  macha o cholga, es hoy casi un milagro.Ya no se ven, tampoco, talos de  algas marinas arrojadas a la playa.  No existe vida animal en esas playas. La ciudad  y sus desechos asquerosos,  han contaminado  toda la gran bahía, otrora  una  mina infinita  de recursos marinos. Relea, por favor, aquí abajo,  la entrevista que hice   en el año 1972, hace algo más de 40 años, a un pescador  de Iquique que nos relataba  lo que de estas mismas playas extraía como sustento diario  hacia  1912, esto es, hace unos cien años atrás.  Por esta razón,  se nos hace hoy  muy difícil concebir la posibilidad de vivir normalmente  del mar, como antaño. Hoy ya no sería posible, al menos en estas playas.

El relato del mariscador don Ruperto Ferreyra  en  Iquique, el año 1972.

Copio textualmente de  mi  Blog en su capítulo. " Los secretos de un mariscador iquiqueño...", texto escrito por nosotros  el  21-03-2012. Este texto, nos ofrece una excelente  mise-en- scène de lo que pudo ocurrir en Caleta  Temblador hace por lo menos  unos  5.000 años atrás. Probablemente mucho más. 

Escuchemos  el relato  de  don Ruperto en 1972:

"Me explica este anciano mariscador que cuando él era muy  joven (hacia  1903-1905) solían vararse en gran cantidad en la playa de Cavancha  (Iquique)  los choros grandes  (se refiere al "choro zapato"  (Choromytilus chorus). El venía tempranito a la playa y recogía  una o dos docenas de choros, de cerca de 20 cm de largo. Después - me acota- desaparecieron repentina y misteriosamente. Estos choros venían enredados en los huiros que arroja la mar (probablemente en los talos del "chascón",  Lessonia nigrescens). Procedían de los bancos arenosos y rocosos del fondo. El sospecha que  estos bancos de mariscos fueron  destruidos en la época en que se solía venir a pescar pejeperro (Semicosyphus darwini) y otros peces de orilla,  usando para ello tiros de dinamita.  "Hoy" -comentaba  yo en 1972-  sólo se encuentra cholga chica  (Aulacomya ater).  Hoy  ( anoto yo en 2013), no existe el menor rastro de estos mariscos en la playa de Cavancha o Playa Brava , en Iquique".

Pero volvamos a nuestra protagonista de antaño: la mariscadora de Caleta  Temblador.

Con estos antecedentes etnológicos in mente y  la infinidad de datos concretos que podemos extraer de las obras de investigadores etnólogos como  Martín Gusinde, "Die Feuerland Indianer",  (Anthropos Verlag 1931-1939)   Joseph Emperaire  en "Les Nomades de la Mer" (Gallimard, 1955) , o  Lucas Bridges  en "Uttermost  Part of the Earth" (Hodder & Stoughton, London, 1938),   queda de manifiesto que las mujeres -y no solo los varones- eran habilísimas  recolectoras de los productos del mar.  Probablemente, también,  pudo  esta a veces muy peligrosa  actividad,  ser  una de las principales causas de muerte en aquellos remotos tiempos. Tal vez ella misma murió cuando se dedicaba al  marisqueo de orilla. Nunca lo sabremos. De ella, solo nos quedan sus mudos restos óseos. Y de sus creencias y modo de vida, solo sabremos algo  a través de la reflexión y el examen minucioso  de sus ofrendas funerarias. 

Con estos antecedentes,  podemos confiadamente  proceder a la  presentación  del material  osteológico del hallazgo.

El cráneo de nuestra mariscadora primitiva.

Ofrecemos a nuestros lectores varias  vistas del cráneo femenino estudiado por Silvia Quevedo ese año 1980 y que hemos conservado en nuestra colección.. No somo antropólogos físicos  ni  tampoco odontólogos,  ni pretendemos serlo. Somos arqueólogos y  más que eso, etnohistoriadores. De modo que nuestra  presentación fotográfica y notas al pie de cada foto  pueden adolecer, seguramente,  de algunas fallas técnicas a ojo de los especialistas. Si constata Ud., apreciado lector,  algunas fallas evidentes, por favor  háganoslo saber. Se lo agradecemos desde ya. 

                                                   Fig. 9.   Vista de frente del cráneo   (fracturado)   y   restaurado.  Falta un incisivo  en el maxilar inferior.                                       .

Fig. 10.  Vista desde arriba: a la vista, los huesos  frontal  y parietales.
                                                                  
Fig.  11. Vista lateral izquierda. Una de las apófisis del maxilar inferior  ha perdido su cúspide y hemos  puesto una piedrecilla en su lugar,  para dar el alto requerido. Se  observa el trabajo de restauración con resinas hecho por Silvia Quevedo.

Fig. 12. En esta vista  falta un trozo del maxilar en su articulación con el temporal. En ambas figuras   (Figs. 11 y  12)  se puede ver el paciente trabajo de restauración hecho por la especialista,  antropóloga Silvia Quevedo.  Parecería observarse,  a lo que creemos, un  cierto prognatismo en este cráneo. Pero no somos especialistas en la materia.

Fig. 13. Vista lateral  derecha. Se ha restaurado con cuidado  las partes faltantes del cráneo  (parietal y temporal).

  Fig. 14. Observe  las  suturas craneanas, perfectamente visibles,  comprobando  así  la juventud de la persona fallecida  (calculada en 27-28 años).  


Fig  15.  Esta figura nos  permite apreciar el estado de la dentadura del maxilar superior. Faltan dos piezas dentales (molares). Pero  el desgaste  sumamente  parejo de todas las piezas dentarias,  sugiere  una alimentación frecuente  con presencia de arena  menuda, la que actuó aquí  como  potente abrasivo.  Este acentuado desgaste se observa también por lo general en la dentadura  de los agricultores tempranos   por  la costumbre de comer  maíz molido en   metate o  batán (piedra de moler hecha en piedra).  





Fig.  16.  En esta posición exacta se halló el cráneo en la excavación. El maxilar inferior estaba entreabierto y  parte de la ofrenda de machas,  fue introducida intencionalmente en el interior de la boca,  sugiriendo  obviamente  un don de alimento a la difunta  para su viaje a ultratumba. Observe los incisivos en forma de paleta y  el desgaste de éstos  por igual.

Fig. 17.   Note Ud. el enorme desgaste  por abrasión que han sufrido  todas las piezas dentarias, en forma bastante pareja.

Fig. 18.   El maxilar inferior.  Falta un trozo del hueso en su articulación  con el hueso temporal.

Fig. 19.  Maxilar inferior. visto de lado
Fig. 20. Vista anterior del maxilar inferior. Fuerte desgaste en sentido diagonal de piezas dentarias  molares.


Fig. 21.    Vista del maxilar inferior  por debajo. 

Fig. 22. Vista posterior del maxilar inferior  que muestra  rotura y pérdida de partes óseas en área de articulación.
 Fig. 23.  Vista anterior del mismo maxilar.  

Las ofrendas de este entierro apuntan a su especialización  como mariscadora.
  
Si tratamos ahora  de interpretar desde un ángulo eco-cultural las ofrendas funerarias que acompañan este entierro funerario, todas ellas se refieren, sin ninguna excepción,  a la labor de colecta de mariscos de orilla o de bajamar. El pectoral o pendiente  (Fig. 8)   fue tallado, casi seguramente por ella misma,  en concha de choro zapato;  la gran concha de loco  (Concholepas concholepas: véala en Fig. 4)  y la gran cantidad de conchas de machas aluden, sin duda alguna  a su labor como recolectora marina.   La gran abundancia de machas que se puso intencionalmente sobre su cabeza,  alude a su probable experticia en esta actividad extractiva. Son ofrendas tan solo simbólicas, evidentemente,  a juzgar por el tamaño  tan pequeño de las machas ofrendadas. Podríamos colegir entonces, sin  temor a equivocarnos, que esta mariscadora habitualmente colectaba mariscos,  entre ellos machas, a muy escasa profundidad, enterradas en las playas de arena bañadas por el  oleaje marino. ¡Cuántas veces nosotros mismos  las buscamos y las hallamos entre la arena húmeda y el oleaje,  moviendo ágilmente  nuestro  pies, hasta topar con ellas! . En 1971-72 todavía las encontrábamos en alguna abundancia  en algunas playas tranquilas al sur de Iquique. Hoy brillan, por desgracia,  por su ausencia.

¿Cuándo vivió?.

En cuando a su posible edad,   solo podemos lucubrar muy vagamente comparando este yacimiento con otros  hallados en Punta Teatinos y otros lugares costeros de la IV Región de Chile  por Hans Niemeyer, con fechas  tentativas situadas entre los  3.500 y  5.000 A.P. Tanto la posición del cuerpo y  su profundidad como el tipo de ofrendas,  coincide con otros enterramientos  de época similar. No podemos aproximar más. Durante la excavación no se halló cerámica alguna,  excepto algunos escasos fragmentos presentes en superficie,  lo cual con absoluta certeza nos sugiere una edad precerámica para este enterramiento.   El ajuar solo presenta  elementos  muy primitivos, por lo que creemos que la vida de esta mujer mariscadora de nuestras costas nortinas, transcurrió tal vez hace por lo menos  unos  5.000 años atrás. Si hubo originalmente algún elemento de cestería en el ajuar mortuorio - como podríamos razonablemente suponer-    de esto no quedaba ya traza alguna. En la  zona del hallazgo llueve, como promedio, unos  80-90 mm. al año. La escasa profundidad del entierro  (45 cm),  contribuyó, sin duda, a hacer desaparecer las evidencias de materia orgánica, si es que las hubo. 

Observación final.

Como epígrafe y comentario final a este capítulo de nuestro Blog, séanos permitido señalar que este enterramiento no solo fue claramente intencional por la posición dada al cuerpo (totalmente extendido), sino, además, se le prodigó especiales muestras de afecto y aprecio al darle como  alimento para su viaje al más allá  los mariscos que ella de seguro normalmente  recogía  y, tal vez, prefería como alimento para ella y para su familia. A esa edad, sin duda ya habría  ella tenido varios hijos, como era la costumbre. Recordemos que en esos lejanos tiempos del Arcaico Medio la expectativa de vida  para hombres y /o  mujeres no excedía de los 35-37 años  como máximo.