miércoles, 29 de julio de 2009

En Iquique: Centrales Termoeléctricas en el banquillo de los acusados. La perversidad del petcoke

Fig. 1. Portada de la revista del Consejo de Desarrollo Sustentable (CDA) de Chile. Número dedicado al problema del calentamiento global del planeta y al análisis de la posición de las autoridades y científicos chilenos (Vol 3, Nº 1, año 2008).

Fig. 2. Miguel San Martín Baeza, Secretario Ejecutivo del CDS chileno, Expone su posiciòn en su artículo que lleva por tìtulo: "Acuerdos y proposiciones respecto del cambio climático y calentamiento global, y probables impactos en Chile". Vea en recuadro su clara y firme posición ante el tema de las emisiones de contaminantes por efluentes químicos de Compañías Mineras y centrales Termoeléctricas.

Fig. 3. Carátula del Periódico local "El Poblador" de Iquique, año 4, Julio 2009.

Fig. 5. Portada de "La Estrella" el principal diario de Iquique, de fecha 28/07/2009 (Año 43, Nº 15469).

Fig 6. En artículo de "La Estrella" de Iquique, del día 28/07/2009. Equipo que lidera la campaña "No a las Termoeléctricas a carbón", que a la fecha (31/07/2009) ha recolectado más de 40.000 firmas de adherentes a su campaña.

La ciudadanía está en pie de guerra

En estos dos últimos meses (Junio y Julio 2009) , crece la tensión en la comunidad de Iquique y playas aledañas. La amenaza es evidente y nadie, en su sano juicio, podría negarlo. Han entrado recién al sistema de Evaluación de Impacto ambiental (EIA) dos nuevas Centrales Termoeléctricas: "Central Pacífico" y "Patache", las que se instalarían a solo 60-65 km. al sur de la ciudad, al lado de varias caletas (Chanabaya, Cáñamo, Chanavayita, Caramucho, Los Verdes). Dos nuevas fuentes de contaminación para la zona, de imprevisibles consecuencias. Muy pronto veremos aparecer en escena varias más. Todo parece concertado. ¿Hasta cuándo?

Las comunidades se oponen férreamente.

Las Juntas de Vecinos de las caletas y de la ciudad, conscientes de la amenaza, han levantado la voz en plena Plaza Prat (Vea foto Nº 6). Personeros de las Juntas de Vecinos, indignados, han reunido hasta hoy cerca de 40.000 firmas (nada menos!!) contrarias a su instalación. El Consejo Municipal de la Ilustre Municipalidad de Iquique, ha tomado finalmente, cartas en el asunto. Tanto, que decidió el pasado 27 de julio, sesionar en terreno, trasladándose al área misma donde pretenden instalarse las antedichas Centrales, entre Caleta Cáñamo y el Puerto de Patillos. Su decisión, tomada en el terreno mismo previa observación visual de los efectos del carboncillo que emite la actual chimenea de CELTA (ENDESA-Chile), ubicada en Puerto Patache, y apoyada por informes indesmentibles de biólogos y antropólogos presentes, señaló según el Diario iquiqueño "La Estrella" del día 28/07/2009 textualmente:

"Después de la inspección, los concejales [presididos por la alcaldesa Myrtha Dubost], acordaron por unanimidad [no hubo ausentes] sumarse al trabajo del Movimiento Ciudadano "No a las Termoeléctricas" y presentarán recursos legales contra el Gobierno para evitar la instalación de cuatro plantas pertenecientes a las empresas Pacífico y Patache" (pág. A-2).

La alcaldesa, ese día 27 de Julio, fue firme al respecto:

"Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias para oponernos, porque estamos pensando en el futuro de Iquique y de nuestra gente".

Si unas pocas Centrales termoeléctricas, ya instaladas desde hace años en Mejillones, Tocopilla y Patache, han causado un evidente deterioro tanto en el medio marino como terrestre, ¿qué ocurrirá- como señaló con valentía la vocera del movimiento la bióloga marina Sonia Moreno- cuando surjan en esta franja costera entre Antofagasta e Iquique 19 plantas nuevas, que se agregarán a las ya existentes?.Ciertamente será la hecatombe. ¿Qué conciencia tienen las autoridades al respecto?

¿Por qué nos oponemos férreamente a las Termoeléctricas a carbón?.No por majadería, moda o el prurito de descollar. No. Tampoco por un ecologismo platónico, sin base en la ciencia. Nos oponemos por razones tanto científicas (geográficas, biológicas, químicas, fìsicas), como de índole ética y moral. Por ambas a la vez.
En otros capítulos de este Blog hemos analizado in extenso los problemas concretos que plantea este tipo de Centrales que usan el carbón llamado petcoke (subproducto del petróleo) como combustible habitual. Remitimos al lector a esos textos. Ahora nos ocupa tomar conciencia y, a la vez, presentar el clamor ciudadano que, en su exasperación, puede conducir a graves enfrentamientos si no se sabe prever a tiempo el peligro. Punto que la autoridad debe saber calibrar a tiempo, antes de que estalle la indignación ciudadana.

Los informes científicos.

Los informes emitidos por la Pontificia Universidad Católica de Chile a propósito de las dos Centrales cercanas a Patache ("Patache"y "Pacífico") son enfáticos en señalar que mientras se use ese tipo de combustible, habrá grave contaminación de gases y efluentes de S, N, CO2 y varios metales pesados (Fe, Pb, As, Se, Va, Cd, entre otros más), los que contaminarán no solo el aire que allí se respira en playas y caletas, sino el mar adyacente y la terraza marina completa. En efecto el plancton marino absorberá dichos metales pesados. Y muy pronto, la autoridad tendrá que prohibir la extracción de moluscos en estas zonas, apenas se compruebe su alto contenido tóxico por presencia de metales pesados. Tal como pasó en el área de Tocopilla. ¿Y los pescadores, qué...? ¿Hemos pensado en ellos y su futura subsistencia?. ¿O simplemente los vamos a reubicar y reasentar en otras zonas, todavía intocadas e impolutas?, ¿Dónde?. Es la gran pregunta. A este paso, si no se pone pronto freno, no quedará rincón costero de nuestro bello Norte, libre de mugre y veneno para los pulmones traicioneramente inyectado al medio ambiente por Empresas chilenas o extranjeras. Y lo peor, es que nos engañan, declarando que se trata de una forma de "desarrollo sustentable" (Central Patache de ENDESA- CHILE)

Pero, ¿a quién favorece esta energía nueva, pero sucia?.

Lo que más complica desde el punto de vista ético y moral este ya harto complejo panorama social es que, analizando a fondo el tema, con los datos disponibles, se comprueba que el mayor porcentaje de esta nueva energía (se dice que sobre el 70%!) no ha sido destinada para la comunidad de las caletas o ciudades vecinas (Iquique, Alto Hospicio, Pozo Almonte o Huara) es decir, para la comunidad humana aledaña, sino para las propias Compañías Mineras que urgentemente la necesitan para ampliar sus faenas y planes de expansión futura.

Es decir, en buenas cuentas, se va a contaminar a destajo, sin piedad alguna el borde costero del sur de Iquique para que las Mineras obtengan más y más utilidades por muchos años todavía, mientras dure el boom del cobre.

Hay aquí un problema que evidentemente no sólo es económico y social sino también moral y ético, sobre lo cual poco, demasiado poco, se ha dicho. Es decir, en buen chileno: ¿es lícito hacerlo?; ¿es algo moralmente aceptable?; ¿Tenemos derecho a hipotecar el futuro sustentable de toda el área costera y su destino natural turístico y acuícola por la aparente y muy discutible necesidad energética de las Mineras?. ¿Podremos permanecer en silencio ante este desastre?

¿A quién interesa más, en realidad, el desarrollo de la gran Minería en esta Región sino a las mismas Mineras? . Porque para ellas resulta muy fàcil y cómodo exigir al Estado de Chile más y más energía, despreocupándose ellas por completo de la "calidad" o "pureza" de dicha energía. La culpa de la contaminación, a la postre, recaerá sobre el propio Estado chileno y ellas, las Empresas contaminadoras, se "lavarán las manos", cual nuevos Pilatos. La "calidad" sólo se mide por la ausencia total de contaminantes, no porque contenga algo menos de toxicidad. La única meta admisible en términos de sustentabilidad ambiental es "contaminación cero".

Lo legal y lo ético-moral no son sinónimos. Algo puede ser "legal", pero inmoral.


Es fácil escudarse -como frecuentemente se hace en este caso- con aquello de que se cumple fielmente la "norma ambiental" legal. Como queda dicho, esta es altamente permisiva y por ello la autoridad nacional quiere cambiarla a la brevedad. Aquí las Empresas confunden, lamentablemente entre lo estrictamente "legal "y lo ético moral. ( es decir, lo que se debe hacer). Pues algo puede ser muy "legal" ( es decir, apegado a la Ley vigente) pero muy inmoral (contra el bien común de las personas). Un botón de muestra para entender bien esta distinción algo sutil: la Ley china establece la obligación de los padres de procrear como máximo un solo hijo. Los demás, son "ilegales". Se aduce para ello argumentos demográficos muy discutibles. Pero como eso es algo obviamente malo de acuerdo a la Ley Natural lo ético-moral debe primar aquí ciertamente por sobre lo puramente legal. Y la respuesta ética aquí es un "No" a la Ley (desobediencia civil). Como dice la Escritura en una cita elocuente que viene aquí muy a cuento:

"HAY QUE OBEDECER A DIOS DIOS ANTES QUE A LOS HOMBRES". En este caso, la Ley de Dios está por sobre la ley humana, a veces imperfecta, algunas veces, inmoral.

Esta situación de confrontación entre una determinada Ley y la ética o la moral se dio frecuentemente en los regímenes comunistas, máxime en la época estaliniana que prohibía, por ejemplo, realizar el culto religioso.

¿Qué hacer cuando una Norma o una Ley es claramente opuesta a la moral?

Todos sabemos que la norma ambiental chilena vigente es deficitaria y anacrónica y que no contempla siquiera contaminantes altamente peligrosos (como el Mercurio: [Hg] o el Plomo [Pb] o el selenio [Se] y otros metales pesados, probadamente cancerígenos. Por otra, parte, tampoco se hace, como debiera hacerse, un monitoreo continuo, hora a hora, del contenido de dichas emisiones, para verificar efectivamente el cumplimiento de la norma. Hay horas, generalmente en la noche y de madrugada, según testigos, cuando las plantas despiden con más intensidad sus contaminantes. ¿Dónde, preguntamos, están los informes de los monitoreos periódicos a tales emisiones?. ¿Los posee la CONAMA?. ¿Quién realiza tales monitoreos? . ¿Quién los financia?. Es, tal vez, como el caso de los EIA, la propia Empresa contaminante?. ¿Dónde esconden - si es que existen- sus informes?. Preguntas lacerantes que una y otra vez nos hacemos y que nadie, al parecer, sabe contestar.

Son todas preguntas que quedan sin respuesta. A nuestro juicio, la Ley ambiental chilena que por desgracia ha favorecido el abuso de no pocas empresas que destruyen o contaminan a destajo, amparándose en la "norma" que ella misma establece, vulnerando el mandato constitucional que fija el derecho ciudadano a vivir en un ambiente limpio y libre de contaminación, raya en lo inmoral . A los moralistas cristianos toca analizar este caso con lupa para decidir hasta qué punto la resistencia ciudadana es aquí un derecho superior.

Por eso existe hoy, por fortuna, mayor conciencia en las autoridades máximas del país de que tanto la Ley Ambiental como la Norma ambiental (¡oh bendita norma, tan reverenciada por las Termoeléctricas!) deben ser modificadas a la brevedad y adaptadas a los estándares internacionales más estrictos.

¿La Ley o la Norma, ¿son siempre lo máximo?

Existe la creencia, que escuchamos frecuentemente, sobre todo en boca de abogados, de que la Ley es lo máximo. Quien se atiene a la Ley hace lo correcto, es persona honorable; el que la ataca o contraviene, es de por sí un ser miserable, digno de cárcel. A un abogado no le cabe fácilmente en la cabeza que una Ley pueda ser mala o imperfecta. Y mucho menos aún, que en ocasiones debe hacerse cualquier esfuerzo por modificarla y perfeccionarla. El abogado ha sido formado en y para el cumplimiento de la Ley, y la Ley, por tanto, es para él "sagrada" (sacra Lex). Grave deformación profesional. Toda Ley es en primer lugar un fruto humano, de una época dada, producto de una mentalidad dada, de circunstancias dadas (políticas, sociales, económicas). Las Leyes humanas no son inmutables.

Las Leyes y el Bien Común.

Las Leyes son siempre no sólo modificables (en el sentido de que pueden ser modificadas) sino que, más aún, deben ser modificadas, para que se adapten a nuevas circunstancias, nuevos problemas, nuevas prioridades cuando el bien común así lo exige. Esto es algo inherente a la evolución social y cultural de los Estados y Naciones, y lo ha sido siempre. ¡No hay Ley que dure quinientos o mil años!. Y es natural que así sea, porque lo que interesa no es la "divinización" o "sacralización" de la Ley" o de la "Norma" de por sí, sino que ésta responda realmente al bien común, al bien de la mayoría de los ciudadanos. Y cuando el bien común lo exige, la ley debe ser cambiada. Y es una obligación moral de las personas que tienen la responsabilidad y que conocen del tema, hacer todo lo posible por cambiarla, para que realmente contribuya al Bien Común esto es, para que sea realmente sea "humana". Y estamos convencidos de que es exactamente lo que ocurre hoy tanto con la Ley Ambiental, como con el Código de Aguas o de Minería. Deben adaptarse a los nuevos tiempos, a nuevos y candentes problemas y a las nuevas exigencias tanto de la Ciencia como de la Sociedad. Es lo que ha ocurrido con el tema ambiental del que solo muy recientemente hemos empezado a tomar conciencia como país.

Por qué tanta urgencia en instalar centrales Termoeléctricas?; ¿por qué tantas a la vez?.
Llama profundamante la atención la premura, casi diríamos la histeria, por instalar no menos de 36 ó más Centrales Termoeléctricas en Chile, en pocos meses. Si se conoce un poco la reciente decisión de la autoridad chilena de implementar y mejorar la norma ambiental y su legislación, y modificarla por una realmente protectora del medio ambiente, esta "desesperación" se explica perfectamente. "Hay que pasar la barrera legal hoy" -dicen las Centrales- antes de que impere la nueva Legislación que temen, y con fundada razón, sea muchísimo más estricta en materia de protección real al medio ambiente y emisión de efluentes contaminantes. Por eso el apuro por obtener los permisos para operar. Porque si pasan la actual barrera legal (imperfecta y llena de falencias) antes de que se promulgue una nueva Legislación, pueden mirar el futuro con optimismo. Saben perfectamente que contaminan... pero, en realidad, nada les importa contaminar, su objetivo único es el lucro, al menor costo posible.

ENDESA-Chile, a través de todas sus Centrales en el país, nada ha hecho para perfeccionar sus sistemas de emisiones. o mejorar sus técnicas de acopio de las cenizas. NADA O CASI NADA. Todo sigue igual que antaño. ¿Por qué?. Porque la Ley actual no les obliga, una vez instaladas, a modificar sus anticuados sistemas de emisiones de gases, ni sus técnicas de acarreo y depositación de cenizas. Ya poseen el "visto bueno" del Estado chileno y eso les basta. Es decir, ya adquirieron pleno "permiso para contaminar".

Informaciones reveladoras

Hace un par de semanas se dio la noticia de que CODELCO en Chuquicamata tiene presupuestado instalar un gigantesco parque eólico, cerca de sus faenas, para nutrirse de energía limpia: la energía del viento. Alguien dirá: " ¡qué visión de futuro! ". No hay tal "visión de futuro". Hay urgencia por producir el cambio. ¿Por qué? Por una parte, toda la tendencia mundial va por el camino de las energías limpias. Europa y recientemente Estados Unidos lo han proclamado. Europa ya está cerrando por anticuadas, las viejas Termoeléctricas a carbón.

Necesidad imperiosa de bajar las emisiones de gases de "efecto invernadero".

Chile emite hoy el 0.3% de las emisiones del planeta. Pero, como anotan los físicos Humberto Fuenzalida, Fernando Santibáñez y Raúl Morales, nuestro país se ha destacado en años recientes, en forma vergonzosamente negativa, superando en un 11% la media mundial de contaminación, siendo así el país occidental que más ha aumentado sus emisiones en los últimos 14 años" (Vea CDS Chile, Año 2008, Vol. 3, Nº 1). Esta constatación es gravísima y nos debe hacer reflexionar.

CODELCO y su plan de crear un gigantesco parque eólico.

El reciente acuerdo del G-20 en Ginebra (Suiza) , preparatorio de la próxima Cita Ambiental mundial de diciembre del 2009 en Copenhague, sucesora de Kyoto, exige extremar las medidas para evitar que siga subiendo la temperatura en el planeta por efecto de la acumulación de gases nocivos que producen el "efecto invernadero". El súbito cambio de actitud de CODELCO y su anuncio de crear un parque eólico de proporciones, no es un "acto de generosidad ambiental", o una toma de "conciencia ética"; se debe más bien a la certeza que le asiste de que muy pronto los países europeos exigirán a Chile una credencial de "cobre limpio", esto es, la certificación del uso de una energía limpia en todos los procesos de producción del cobre chileno.

De no acreditarse tal "limpieza" en las fuentes y en los procesos, simplemente dejarán de comprar nuestro cobre. Tan simple como eso. Y como el mercado manda, CODELCO prefiere adelantarse a dichas medidas. Lo que parecía ser, pues, un magnífico acto de "ética empresarial" o "toma de conciencia" moral, no es probablemente otra cosa sino un cálculo económico sutil. En todo caso, será de hecho beneficioso para el país.

¿Y la responsabilidad social de la Empresa? ¿Dónde queda?

Hoy se habla y discute bastante sobre la "responsabilidad social" de las Empresas. Es tema obligado en todas las reuniones de empresarios. Pero dicha responsabilidad parece agotarse sólo al interior de la Empresa, en el entendimiento entre empresarios y sus trabajadores en materia de salarios y beneficios sociales. Pero "conciencia social comunitaria", que contemple su responsabilidad en los daños ecológicos o sanitarios que se inflingen al ambiente o a las comunidades humanas, aledañas, no existe. En el mejor de los casos, esta "conciencia" se extingue al interior de la empresa. Unos pocos metros fuera de las alambradas de la Empresa, tal conciencia se borra, se diluye o desaparece. Eso lo llamaría yo una "responsabilidad entre cuatro paredes". Pero resulta que somos parte integrante de un ecosistema natural (que se ve afectado) y de comunidades humanas que viven a nuestro alrededor y que podemos afectar y de hecho afectamos, y muchas veces, gravemente, con las emisiones (gases) o desechos industriales (riles).

Caleta Cáñamo: el chivo expiatorio del actuar de las Termoeléctricas.

Y si hay dudas al respecto, pregunten, por favor, a la Central Tarapacá por qué infecta diaria e implacablemente con el polvillo contaminado de su chimenea a las humildes familias residentes en Cáñamo, la caleta vecina. ¿Acaso ENDESA-Chile a través de su "Central Tarapacá" ignora lo que está pasando a metros de sus alambradas, con la salud de sus habitantes y con los ecosistemas terrestres y marinos¡ próximos? . ¿Acaso ignora lo que ocurre con el vertedero de aguas calientes en la bahía?. Y ¿por qué ocurre esto? Pues, simplemente porque la Ley Ambiental 19.300, permisiva como es, anticuada y hecha a la medida de las Empresas contaminadoras, fomenta y permite estos excesos.

La carta Ecológica de las Naciones Unidas (1972)

Todo lo que venimos diciendo en realidad no es algo nuevo. El Congreso Mundial de las Naciones Unidas reunido en Estocolmo en Julio del año 1972 hizo una famosa Declaración sobre el Medio Ambiente. Queda sintetizada en 26 "Principios". Es un verdadero "ethos ecológico" que tiene un valor ético indiscutible, por tratarse del bien futuro o sustentabilidad de la Humanidad entera. Por desgracia ya lo hemos olvidado. Y las Grandes Empresas tanto mineras como productoras de energía, no solo la han olvidado por completo, sino que la han violado a mansalva amparándose en la "Ley" o en la "Norma" vigente". ¿Y dónde queda la ética y la moral de los pueblos?. ¿De qué "responsabilidad social "o "ambiental "pueden jactarse estas Empresas?. Por favor, no nos engañen más y no pretendan "tapar el sol con un trapito".

¿Qué nos dice explícitamente el "Principio Nº 6" de dicha Carta de las Naciones Unidas? Este señala:

"Debe ponerse fin a la descarga de sustancias tóxicas o de otras materias, a la liberación de calor en cantidades o concentraciones tales que el medio no pueda neutralizarlas, para que no causen daños graves o irreparables a los ecosistemas. Debe apoyarse la justa lucha de los pueblos de todos los países contra la contaminación" (citado en Tony Mifsud S.J. en El Respeto a la vida Humana (Bioética), Ediciones Paulinas-CIDE, 1987: 301)

Esta Declaración, hecha hace ya largos 37 años, no necesita comentario. ni puede ser más elocuente. Es obvio, leyendo sus términos, que nos queda todavia mucho camino por recorrer.
Y mientras no lo recorramos íntegramente etapa tras etapa, jamás tendremos el derecho a proclamarnos un "país desarrollado". No lo somos, y creo pasarán muchos decenios antes de que pretendamos serlo de verdad.

El futuro se avizora promisor.

Esperamos que la vida de esta Ley actual ambiental (Nº 19.300) que hoy nos rige (¿o tiraniza?) sea muy corta y sobrevenga pronto una legislación realmente propia de un país moderno y civilizado, cuidadosa y respetuosa con su ambiente y con su gente. Esto es ser de verdad un país civilizado, moderno, propio del siglo XXI. Seguir con los mismos estándares actuales, es demostrar que queremos seguir siendo un país mediocre, retrasado e incapaz de ponerse a tono con los países "más desarrollados" del mundo. Ellos están eligiendo hace tiempo el camino de la "sustentabilidad" verdadera y por eso están eligiendo las energías totalmente limpias. (solar, eólica, geotérmica, mareomotriz, de biomasa). No el camino perverso de la falsa sustentabilidad que nos pregona, engañosamente, el letrero en la carretera, junto al Puerto de Patache.

Ha llegado la hora de la verdad.

Por fortuna, la ciudadanía està demostrando, al menos en Iquique, que no se quedará de brazos cruzados. Por eso ha emprendido esa valerosa cruzada del "No a las Termoeléctricas" y ha logrado ya conseguir lo que parecía un imposible: 40.000 firmas de adhesión. Esta adhesión multitudinaria es la única verdadera expresión de la tan mentada "participación ciudadana". Ésta, y no la que hoy se denomina tal, y que trata de obtener la CONAMA en magros encuentros que estipula la Ley actual y que concentran unos cuantos pobladores, sorprendidos, desinformados, sin ilustración previa en torno a la gravedad de los problemas y a merced de la oratoria de los gerentes de tal o cual Empresa. Para que dicha participación ciudadana funcione y sea verdaderamente un éxito, tiene que ser participación ilustrada, bien informada, con pleno conocimiento de causa de los problemas que allí se ventilan.

Imperiosa necesidad de que los científicos locales salgan de su sala de clases y escuchen a la gente. La auténtica participación ciudadana.

Pero para ello los ciudadanos necesitan el concurso y el apoyo de científicos y expertos que les adviertan con claridad de las consecuencias y efectos, positivos o negativos de un determinado plan o proyecto. Tal cosa jamás se ha hecho. Un plebiscito ciudadano es una manera de saber qué piensa realmente la gente.Un plebiscito motiva a la ciudadanía entera. Y se justifica plenamente por la gravedad de las consecuencias previsibles, claramente destacadas por los científicos en el mundo entero y también en Chile. Y si esto fuere imposible, al menos que a dicha convocatoria a una "participación ciudadana" asistan personas letradas , bien posesionadas del tema en discusión, que presenten otros puntos de vista, distintos a los de la Empresa expositora para así equilibrar la balanza. y conocer todos los puntos de vista.

Esta participación debería expresarse finalmente en un "sì" (se aprueba) o en un "no" (se rechaza). Escuchar atentos discursos preparados en un lindo Power Point, ilustrado con gráficos casi ininteligibles o hermosas declaraciones retóricas, del Gerente de turno o de su encargado de Relaciones Públicas, de nada sirve. Y esto lo que hemos visto infinidad de veces en tales asambleas rotuladas pomposamente como "participación ciudadana". Esto es mofarse de la gente, de las comunidades y de su credulidad. Por eso los directivos del Consejo de Chile Sustentable nos advierten que se debe mejorar substancialmente la forma de participación ciudadana. la actual propiciada por la CONAMA no conduce a nada: es una simple careta.

La propuesta del Consejo de Desarrollo Sustentable (CDS) (2008).

Por eso leemos con enorme satisfacción la propuesta que hace el Consejo de Desarrollo Sustentable, presidido por el ingeniero Miguel San Martín B. que señala dos iniciativas, entre muchas otras, para mejorar el grado de participación ciudadana, hoy casi ausente:

a) la "Incorporación del "Consejo Nacional de Desarrollo Sustentable de Chile" como una institución más de participación ciudadana;

y b) la creación de la figura legal de un "curador o tutor nacional" para la protección de la vida natural del país. Una especie de "Ombuds Man" para la defensa de los ecosistemas amenazados por la expansión urbana, o la explotación indiscriminada u otra amenaza a su existencia. (Cfr. Revista CDS Chile, Año 2008, Vol.3, Nº 1, pág.45).

Ineficiencia de la actual participación ciudadana.

Esta declaración explícita, hecha en la propia revista del Consejo de Desarrollo Sustentable, (CDS) y por el propio Director del Organismo, es la mejor prueba del reconocimiento de la total inoperancia e ineptitud del actual sistema de "participación ciudadana" para lograr que la ciudadanía conozca, reflexione y participe realmente en la toma de decisiones. En el sistema actual, de acuerdo a la Ley 19.300, ni la participación ciudadana es realmente tal, ni tampoco la decisión final de la COREMA (Consejo Regional del Medio Ambiente) es válida por falta de un adecuado y profundo conocimiento del tema. Esta decisión final y definitiva sólo puede quedar en manos de un equipo de científicos, altamente calificados en las diversas disciplinas, de acuerdo al problema de que se trate, no en manos de personeros políticos, como ocurre hoy día.

Un grave déficit: la falta de especialistas en la región.

Cuando se quiere analizar en profundidad ciertos aspectos relativos a impactos de un determinado Proyecto (minero o eléctrico) se tropieza de inmediato en la ausencia o carencia de expertos en ciertos temas. Por ejemplo, el impacto de verter cenizas de la quema del petcoke en el mar - lo que ha estado ocurriendo hace ya rato- genera daños al eccosistema marino, submareal y al de aguas bentónicas profundas. ¿Pero, ¿quién podría determinarlo? Tan sólo un especialista: un oceanógrafo de experiencia, un biólogo marino experimentado, y dotado de los medios más modernos para realizar monitoreos continuos sobre la flora y fauna marina. ¿Acaso éstos existen en la Región?.

Cuando los especialistas existen, no hablan cuando se requiere sus servicios.

¿Existen éstos?. Sí, los hay en una Universidad local. Pero no basta que existan: deben ponerse éstos al servicio de la comunidad que los reclama. Y hasta ahora no lo han hecho. Aquí observamos, nuevamente una distanciamiento, un peligroso hiatus entre los científicos y los pobladores o dirigentes vecinales. Distancia peligrosa. Los científicos tienden a refugiarse en su "burbuja de cristal" académica, ajenos a la realidad. A ésta la llaman "displicentemente :"política contingente " con la que no quieren mezclarse. ¿El resultado? ;Los movimientos civiles, muy justos, no encuentran eco en el mundo científico universitario, como lo hemos constatado. Y así quedan huérfanos de ayuda académica y científica que tanto necesitan. Y como no tienen el dinero para contratar expertos de alto costo, simplemente no pueden cumplir con su deber ciudadano de hacer observaciones bajo el paraguas de la "participación ciudadana". En síntesis: no pueden hacer una participación ciudadana ilustrada y adecuada.

Con lo que queda en evidencia que el acto mismo (la convocatoria) queda viciada en su base misma: no existe participación real: ésta es tan sólo una mera apariencia para cumplir la Ley. La CONAMA lo sabe bien . Pero nada puede hacer por falta de atribuciones. Y así, las agrupaciones sociales, las comunidades, quedan indefensas, a merced de las poderosas Empresas


El tema del impacto de las Termoeléctricas es tan vasto y complejo, por el impacto que plantea en todos los ecosistemas, que se necesitarían expertos en temas tales como geomorfología litoral, oceanografía, batimetría marina, biogeografía costera, climatología, hidrología litoral, zoología de invertebrados marinos y terrestres. Se necesitarìa tener a la mano para que nos den su opinión, entomólogos, liquenólogos, expertos en invertebrados terrestres, expertos en "soilcrusts", solo por citar algunas especialidades de las que no existen especialistas en la región. Y como estos expertos no están aquí ni en los organismos públicos,  ni siquiera en las universidades regionales, nadie señalará esos posibles impactos. Esos impactos pasarán desapercibidos. Situación ideal para las Empresas contaminantes.

Este sistema de evaluación ambiental (EIA), para el caso de las Centrales Termoeléctricas a carbón, por consecuencia, quedará irremisiblemente manco y cojo y muy incompleto e imperfecto, por falta total de especialistas y, por lo tanto carecerá de validez científica y técnica. En otros términos, el sistema del EIA al, menos en este caso, no funciona y es inservible.Pero hay todavìa algo mucho más grave. Estudiémoslo.

¿Quiénes son lo miembros del COREMA y cuál es su rol en esto?

Esta situación nos lleva al absurdo de que los que en última instancia deciden en materias de tanta significación para el futuro de la Región o del país, como es el caso presente, (es decir, los miembros del COREMA), son funcionarios de diversas reparticiones del gobierno, pero no expertos, ni mucho menos connotados científicos o especialistas. Es decir, la decisión final queda en manos de inexpertos. Tampoco se les exige que sean asesorados por expertos. No lo exige así la Ley. Es doloroso decirlo, pero es así, y creo que nadie podría negarlo.

¿Por que se aprueban todos o casi todos los Estudios de Impacto Ambiental?

Es exactamente igual, mutatis mutandis, como si la decisión final para un enfermo grave quedara en manos no de eminentes médicos especialistas en la enfermedad en consulta, sino en manos de practicantes y/o simples aficionados. Y ahora por fin, entendemos algo que siempre fue un extraño misterio para nosotros: por qué de todos los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) hechos en Chile solo un pequeñísmo porcentaje es reprobado y rechazado, menos de un 3%. Lo que es obviamente inverosímil y absurdo desde un punto de vista ambiental. Es decir, se fomenta la inversión en industrias contaminantes, cualquiera sea su precio (impacto) medio-ambiental. "Se le rotula cínicamente "el precio del progreso".

Estamos finalmente ante un problema esencialmente político.

Lo anteriormente señalado revela en forma patente la real magnitud del problema que debemos enfrentar ante estos temas. Es ciertamente más que un problema económico-social; es mucho más que un problema ético y moral, es aún más que un problema ambiental: es a la postre un problema político, es decir de capacidad de gestión y de decisión al más alto nivel legislativo y administrativo. Tal como hemos observado recientemente en las fuertes declaraciones del presidente Barack Obama de los Estados Unidos, quien reafirma su decisión de cambiar la matriz energética del país, para construir centrales que no contaminen. Este es el camino, el único posible ante el panorama actual del vertiginoso cambio climático, por efecto de la contaminación antropogénica, es decir, causada por la industria humana.

¿Dónde y cómo podemos actuar para revertir el proceso?

Es el Parlamento el lugar para modificar o enriquecer las Leyes. Y somos nosotros, los científicos los responsables de ilustrar a los Parlamentarios y a toda la ciudadanía sobre estas materias, si queremos que los primeros legislen sabia e inteligentemente. He aquí nuestra urgente tarea. Pero para esto los científicos tienen que tomar conciencia de su rol social y de su tremenda responsabilidad ante la comunidad. Y para ello deben salir valientemente de su "burbuja" académica y enfrentar la realidad de los problemas de la gente. Aquellos que aquejan a los pobladores de las caletas o de las villas más pobres de la ciudad. Y para la gente común que sufre a diario los problemas ambientales, la responsabilidad que les atañe es informar a sus parlamentarios y exigirles investigar profundamente los temas antes de dar su voto final. No hay otro camino. Y es lo que hoy se está tratando de hacer en Iquique: exigir a los políticos una toma de decisiones al respecto. Cada candidato político debería plantear de cara a la ciudadanía y antes de ser elegido, cuál es su "credo" en materia ambiental. Y luego de ser elegido, deberá responder por ello ante sus electores.

Es de esperar que la nueva Legislación, hoy en etapa de estudio, y el nuevo Ministerio del Medio Ambiente, recién aprobado por el Gobierno regulen, modifiquen y establezcan una nueva y más exigente normativa, acorde con los tiempos que vivimos, a las puertas de nuestro Bicentenario como nación. Sólo así podremos soñar en ser algún día un país desarrollado. Antes, ciertamente no.

miércoles, 22 de julio de 2009

La sorprendente historia de Tilibilca: una mirada a antiguos documentos

Foto 1. La azoguería de Tilibilca con vista al valle de Tarapacá. Queda en el km 50 de la ruta Huara-Tarapacá. Casi todos los muros en adobe aún se ven muy firmes, a pesar de los recientes sismos devastadores ocurridos en el área. El último de éstos, ocurrido el 13 de Junio del año 2005, destruyó en buena parte las aldeas de Huarasiña y Tarapacá, y el templo de este último pueblo quedó completamente en ruinas. Ha sido recientemente restaurado (2008). (Foto H. Larrain, 15/07/2009).


Foto 2. De Este a Oeste. La sólida construcción hecha en adobes, adosada a la pendiente o piedemonte de la pared norte de la quebrada de Tarapacá, a poca distancia de la aldea actual de Huarasiña. (Foto H. Larrain, 15/07/2009).
Foto 3. Edificio del sector weste, el mejor conservado del conjunto arquitectónico. Conserva aún parte del maderamen hecho de troncos de algarrobo y tamarugo, en sus puertas y ventanas. Este edificio, al parecer, continuó siendo ocupado como vivienda hasta mucho más tarde, en el período republicano peruano. (Foto H. Larrain 15/07/2009).

Cómo se refinaba la planta en tiempos coloniales.

En un segmento anterior hemos presentado imágenes del estado actual de la antigua azoguería colonial de Tilibilca, en la quebrada de Tarapacá. "Azoguería" la denominaron sus creadores coloniales, porque para obtener la plata del mineral en bruto se necesitaba agregarle mercurio , azogue (Hg) también conocido como cinabrio. Este se agregaba al mineral en bruto, previamente seleccionado, molido finamente y rico en plata, dejando separado el material inerte, inútil. Así, el mercurio (Hg) y la plata, (Ag). formarían un compuesto Luego se calentaba esta mezcla y el mercurio o azogue, por efecto del calor se evaporaba, y se recogía aparte, quedando la plata pura y perfectamente aislada.

Este sistema de extracción de la plata ya era ampliamente conocido a través del antiguo libro de Alvaro Alonso Barba (1569-1661): "Arte de los metales: en que se enseña el verdadero beneficio de los de oro, plata y azogue, el modo de fundirlos todos y como se han de refinar y apartar unos de otros" (Madrid, 1640). Barba fue sacerdote y párroco de pueblo en la sierra peruana y tuvo ocasión de conocer de cerca el sistema empleado por los españoles, desde tempranos tiempos, para obtener la plata y el oro. El azogue o mercurio se obtenía por entonces en gran cantidad de las minas de Huancavelica, en la sierra peruana. Barba, hombre ingenioso e intelectualmente inquieto, mejoró el sistema de obtención de estos metales nobles, con técnicas introducidas por el mismo. Experiencias que da a conocer en forma minuciosa en su obra.

Durante toda la Colonia, el mercurio de las minas de Santa Bárbara, en Huancavelica, aportó ese elemento vital para la extracción de la plata tanto en Potosí como en Huantajaya y Chanabaya. Sobre estas minas y su importancia, puede consultarse la obra del historiador Guillermo Lohmann Villena, titulado: "Las Minas de Huancavelica en los siglos XVI y XVII" (1949; hay reedición en Lima en 1999).

Un aporte importante para comprender exactamente cómo se realizaba este proceso extractico, en la época en que Antonio O´ Brien era el Gobernador interino de Tarapacá y visitador de minas en la Provincia (1765-1771), es el trabajo del historiador chileno Jorge Hidalgo Lehuedé (con Manuel Castillo Martos), titulado: "Antonio de O´Brien y la explicación de los Minerales de Huantajaya, sus nombres y beneficio". Revista ILUIL, vol. 27, año 2004: 41-93. De este trabajo tomaremos algunas informaciones sobre el sistema de fundición de la época, en los llamados "trapiches" o lugares de beneficio.

La azoguería de Tilibilca.

Nos basamos para este relato sucinto sobre Tilibilca en el trabajo del historiador don Sergio Villalobos, publicado en el año 1975 en Norte Grande, revista del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, (Vol I. Nº 3-4, año 1975: 301-421). Se titula: "La mita de Tarapacá en el siglo XVIII". Radica su enorme interés en que el trabajo se basa íntegramente en un legajo de documentos que fueron encontrados al fondo de un pique, en la mina "Los Jilgueros", en Huantajaya, en el año 1871 por el ingeniero americano George R. Ghiselin y donados por éste a la Universidad de California en 1878.

Hacia 1742 se reactivaron los trabajos de explotación de la plata en el mineral de Huantajaya, abandonados durante decenios, por obra del piqueño José Basilio de la Fuente y Loayza, un rico minero de la región. En 1756, este minero solicitó al Virrey del Perú una mita para poder llevar a su asiento minero de Huatajaya una cantidad de 50 indios, en calidad de mitayos. Nunca antes se había solicitado una mita de indios para labores mineras en esta región. La disolución de las encomiendas a partir del año 1718, permitió el empleo de la fuerza laboral indìgena en labores desarrolladas fuera de sus respectivos pueblos. Por eso De la Fuente solicita obreros mitayos de cinco pueblos de la zona, en la Doctrinas de Tarapacá y Sibaya. La inmensa mayoría, de Tarapaca, por su mayor cercanía a las minas. En el cerro rico de Potosi, donde se exploto por siglos la plata en Bolivia, hubo mita minera desde tempranos tiempos (S XVI) ,pero esta nunca llegço a incluir a las poblaciones indigenas del actual sector chileno de Tarapaca.

¿Qué era la mita minera?.

La mit´a - institución de origen inka castellanizada como mita) consistía en la obligación impuesta a los caciques de los respectivos pueblos, por las autoridades españolas, de otorgar un quinto de su poblaciòn de varones adultos ( entre los 18 y los 50 años), por un cierto período de tiempo, para tomar parte en actividades de beneficio considerado de utilidad social o comunitaria. Hubo así mitas para la construcción o arreglo de caminos, puentes, levantamiento de iglesias o canales, o trabajo agrícola comunitario. La mit´a más socorrida en el periodo colonial por las autoridades, fue la llamada "mita minera". Es decir, la contratación forzada, por un tiempo definido, de un porcentaje de varones en edad de trabajo de los pueblos circunvecinos, para la explotación de las minas. La más famosa en la época fue la "mita potosina" que permtià reclutar mano de obra indìgena para las labores de plata en el cerro ruico de Potosì, desde un radio de 150 leguas a la redonda. Los indígenas enganchados en la "mita", eran llamados "mitayos" (del quechua mitayoc).

Los poblados tarapaqueños nunca fueron incorporados a dicha "mita potosina". Por eso el interés del minero Basilio de la Fuente por reclutar, con permiso del Virrey, obreros indígenas vecinos al sitio de Huantajaya. Iquique no existía aún como ciudad y era apenas una caleta poblada por unas pocas familias de camanchacas o changos, y uno que otro esclavo negro que trabajaba en el guano de la "isla de Iquique". Tarapacá, Sibaya y Mocha, por tanto, por su mayor población y proximidad geográfica, eran los pueblos que estaban directamente en la mira del minero.

(segmento en construcción, 22/07/2009).





jueves, 16 de julio de 2009

Tilibilca: una fundición de plata del siglo XVIII espera su restauración como "monumento nacional".

En este capítulo del Blog, nos hemos propuesto rescatar del olvido a uno de los monumentos más grandiosos y representativos de la actividad económica del siglo XVIII en Tarapacá: la azoguería de Tilibilca, dedicada a la explotación de la plata durante el período do de la Colonia.

Examinemos con detención las fotografías y tratemos de visualizar su importancia. No entendemos por qué el Gobierno Regional y sus servicios de Turismo no se han interesado por poner en valor este conjunto de edificaciones, tal vez el monumento colonial más importante que se conserva en pie (aunque bastante menoscabado) en la Región de Tarapacá. Tal vez ,porque las edificaciones del ciclo salitrero y sus lujosas mansions en Iquique y, en especial, las Oficinas Salitreras, han opacado su importancia y significación para la historia de la arquitectura y de la economía de la Región en el pasado colonial.

Consideramos que es un imperativo histórico investigar estas ruinas, las que hasta ahora nunca han merecido un estudio histórico en profundidad ni menos una excavación arqueológica ajustada a los métodos de la arqueología histórica. A nuestro juicio, es urgente hacerlo para que este notable monumento no siga experimentado los estragos del tiempo y pueda ser utilizado por un turismo científico regional. Del ciclo de la plata en Tarapacá es éste prácticamente el único monumento importante aún en pie y, por su ubicación al lado del poblado de Tarapacá, de rancia trayectoria histórica, podría ser parte integrante de un valioso circuito turístico regional.

El trazado actual de la carretera que va a Tarapacá, en su km. 50, pasa exactamente bajo los muros de adobe de este conjunto de edificios con el riesgo cierto de que el tráfico de camiones pesados y camionetas, -como lo hemos podido verificar- al pasar a gran velocidad por el sector, vayan debilitando poco a poco los muros, agrietándolos, y un buen dìa - lo que Dios no quiera- se vengan abajo con el consiguiente peligro para los viajeros. Estimamos que Monumentos Nacionales debería intervenir para que el trazado de la carretera sea desviado en este sector, y conducido por el bajo o, al menos, se instale una señalética que obligue a un descenso en la velocidad poniendo un rótulo que diga algo asì como: "50 km/hora. Monumento colonial protegido por la Ley".

En este recorrido que haremos por la quebrada, en sucesivos capítulos del Blog, hemos decidido comenzar por un lugar cuyas imponentes ruinas hasta hoy nos asombran y nos llenan de enigmas no resueltos. Se trata de Tilivilca o Tilibilca (de ambas maneras registran su nombre los antiguos documentos). Pasamos raudamente junto a ellas al bajar desde el alto de la pampa hasta el pueblo, por un camino asfaltado, casi sin percatarnos de su majestuosa presencia. Las fotos actuales, que con agrado presentamos más abajo, nos hablan aún hoy de su magnificencia de otrora. Muros enhiestos construidos de grandes adobes, sobre cimientos de piedra, espacios y recintos de tamaños diversos, revelan actividades de vivienda, laboreo, trabajos de fundición y recintos para corrales de animales. En el suelo, dispersos, observamos restos de cerámicas coloniales, lozas, huesos de animales, fragmentos de cañas de techumbres caidas, o gruesas vigas que aún conforman dinteles y accesos.

He aquí las fotos que hemos tomado, en nuestro reciente viaje, el día 15 de Julio del 2009 y que exponemos como recuerdo y homenaje a los esforzados creadores de este edificio, hoy en ruinas..


Foto 1. Vista desde la base del cerro, donde se asienta el monumento colonial; hacia el fondo, del valle tapizado de molles (Schinus molle), tamarugos (Prosopis tamarugo) y pillallas semivivas (Atriplex atacamensis).
Foto 2. Detalle de un dintel de puerta. Observe el grueso tronco de algarrobo, endurecido por el tiempo, bien labrado a azuela, que aún sostiene un fragmento de muro que sostiene seis o siete hiladas de adobes.

Foto 3. Fragmentos de cerámica del siglo XVIII. Se trata trozos de de contenedores llamados "botijas", muy usados en el transporte de líquidos (vino, aceite) y también de áridos ( harinas, semillas) en las carretas de la época. (siglos XVII y XVIII). Hallados entre las edificaciones. No se ve ya hoy muchos fragmentos, probablemente a causa de las colectas realizadas in situ por arqueólogos o aficionados.

Foto 4. Parte del recinto de la antigua fundición cuyos muros visiblemente quemados por acción del fuego delatan el lugar exacto donde se fundía, al calor de tamarugos y algarrobos, el mineral de plata de Huantajaya.


Foto 5. Curiosos agujeros que comunican el espacio interior con el exterior. Tienen aproximadamente unos 35-40 cm de diámetro, circulares o levemente ovales, en ángulo de descenso de unos 30º , que facilitaban la salida o escurrimiento de elementos (¿tal vez el mineral ya fundido?) desde el interior para ser cargados afuera, seguramente en las carretas.

Foto 6. Muros del sector Este, levantados con dos técnicas diferentes: una, de grandes adobes de barro (derecha) y otra, de tapiales o muros hechos de barro fuertemente apisonado (izquierda).

Foto 7. Los elevados muros de adobones, de unas veinte hiladas superpuestas, se levantan sobre un cimiento bien consolidado de cantos rodados de río, produciendo un hermoso efecto estético desde el exterior. La altura del edificio (cuyos techos faltan hoy por comp'leto) es de aproximadamente unos 5 m - 6 m. desde el piso.

Foto 8. Aspecto exterior de salida de los orificios mostrados arriba, por los que se descargaba materiales hacia el exterior. Se encuentran a distancias regulares y se abren arriba, en ángulo pronunciado, en el piso del recinto y en la base misma del muro.

Foto 9. Muros enhiestos, con vanos de puertas semi destruidas, seguramente por haber sido arrancadas las vigas originales de sus respectivos dinteles.

Foto 10. Sector weste de uno de los edificios principales, que aún conserva parte de la armazón y estructura de sostén de la techumbre. Es el edificio hoy mejor conservado. Presenta varios vanos de puertas mirando hacia el sur. Es probable que la estructura actual de los tijerales a la vista, sea muy posterior y el recinto haya sido usado como vivienda hasta tiempos relativamente recientes y luego, abandonado. Un cuidado examen por parte de arqueólogos revelaría sin duda su uso antiguo y su data de abandono.

Foto 11. Desde el interior de uno de los recintos de mayor tamaño, mirando hacia el weste. El muro divisorio, construido de adobes, en el suelo. Vista de Este a Weste.

Foto 12. En primer plano, hacia la izquierda del observador, un muro completo de adobes se vino abajo, tal vez por algún reciente sismo ocurrido en la zona. Sin embargo, sus adobes están aún en su mayoría intactos.


Foto 13. Pequeño conjunto de recintos algo apartado del conjunto principal y que se encuentra a una mayor altitud hacia la pared Norte de la quebrada. Entre estos recintos y el conjunto principal hay hoy un amplio espacio hoy vacío, pero que presenta algunas evidencias de construcciones más antiguas. Observe, por fin, el pequeño tamaño de los vanos de las ventanas.


Foto 14. Desde la parte alta de las construcciones, la vista se dirige al valle o quebrada que se va abriendo poco a poco hasta llegar a la aldea de Huarasiña, último sitio habitado antes de internarse la quebrada en la inmensa pampa, en el sector denominado Pampa Iluga.

Foto 15. Llama la atención que todo el conjunto de edificaciones se alzó, en tiempos coloniales, en la parte baja del macizo que jalona el sector por el norte, por encima de la quebrada misma. Con criterio de hoy, nosotros habríamos instalado la Fundición en el bajo, junto a las fuentes de agua. ¿Por qué arriba, a 10-15 m del piso de la quebrada? . Sospechamos que la razón haya sido el conocimiento cierto de la presencia de las fuertes avenidas periódicas, fruto del invierno altiplánico, altamente destructivas, que bajaban por el lecho de la quebrada. Sabemos que el siglo XVIII, fecha probable de la construcción de este amplio conjunto, fue muy húmedo, con la presencia numerosos huaycos o avenidas que arrasaban campos de cultivo, canales de regadío y viviendas, como ha ocurrido hasta hace pocos años en el sector de Huarasiña y varias veces, en el borde sur del poblado de Tarapacá actual. La sabiduría popular aconsejó, por tanto, la construcción en altura, lejos del cauce máximo de las aguas en tiempos de avenidas.


Foto 16. Observe el lector la ubicación escalonada, en descenso, de las edificaciones, aprovechando el desnivel del terreno en la parte del piedemonte del cerro. Si bien este sistema complicó en alguna medida la construcción, ofreció, en cambio, total garantía contra las eventuales inundaciones de los meses de verano (Febrero y Marzo).

Foto 17. El conjunto arquitectónico de Tilibilca, apegado a la carretera que conduce al pueblo de Tarapacá. El sitio se halla exactamente en el km 50 de la carretera de Huara a Tarapacá.

Fig. 18. El sector mejor conservado del antiguo recinto. Los tijerales todavía en pie, muestran bien el estilo de techumbre usado, mediante el empleo de maderas de los árboles locales pimiento, algarrobo y tamarugo). Puerta y ventana conservan sus antiguos elementos de vigas de madera. Sorprende el que este edificio colonial, levantado en el siglo XVIII, haya podido resistir aún la vehemencia de recientes sismos en la zona.

Fig. 19. Cantos rodados procedentes del vecino río de Tarapacá, empotrados en barro, sirven de cimiento a los grandes muros de adobes de la construcción que aún hoy se eleva hasta lo siete metros de altura sobre el suelo.



Fig. 20. Junto al muro de adobes, grn cantidad de cenizas propias de la quema verificada en la industria de extracción de la plata. Aquí debió acopiarse la ceniza de la quema. La madera usada en esta combustión provino de árboles de algarrobo y tamarugo, tipo de leña hasta hoy usada para calefaccionar las viviendas y mantener el fuego de la cocina en el sector de la quebrada.

En un próximo capítulo, profundizaremos en la historia colonial de este Monumento y realzaremos su enorme importancia en el proceso de explotación de la plata en la Región de Tarapacá durante el siglo XVIII.

(Segmento en preparación, 22/07/2009)




sábado, 4 de julio de 2009

Desarrollo sostenible: un concepto equívoco y fácilmente manipulable

Fig. 1. Ingreso a la Central Termoeléctrica Tarapacá, propiedad de CELTA, (ENDESA - Chile) junto a Puerto Patache. (Foto H. Larrain, Junio 2009).

Foto 2. A escasa distancia al Norte, Caleta Cáñamo y su hermosa playa, sitio de veraneo de numerosas familias de Iquique y lugar de residencia de una treintena de familias de pescadores, asentadas aquí desde al menos el año 1980. Al fondo, la enorme chimenea de la Planta Termoeléctrica que arroja de continuo al espacio copiosas emisiones de partículas contaminantes de sulfuros, CO2, y óxidos de N, entre otros efluentes tóxicos. (Foto H. Larrain, Junio 2009).

Fig. 3. La Planta Termoeléctrica de CELTA, en el sector de Punta Patache y su chimenea. La Planta ha sido rodeada de ejemplares de aromos de la especie Acacia sp. para disimular su constante contaminación y aparentar ingenuamente su compatibilidad con la flora. (Foto H. Larrain, Junio 2009).

Foto 4. Enorme letrero de la Central Tarapacá, propiedad de CELTA, S.A. Filial de ENDESA-Chile) al ingreso de las instalaciones de la Central Termoelèctrica. Proclama, a todos los vientos, el "uso sustentable" de su energía. (Foto H. Larrain, Junio 2009).

Las fotos que anteceden, muestran aspectos visuales relacionados con la Central Termoeléctrica Tarapacá, de CELTA (Endesa-Chile) en el Puerto de Patache, y la caleta de pescadores de Cáñamo, a unos 65 km. al Sur de la ciudad de Iquique (Chile), tomadas en Junio 2009 (Fotos H. Larrain).

A este propósito, junto con esclarecer el concepto de "desarrollo sostenible" o "desarrollo sustentable" (ambos términos son sinónimos), concepto que la Empresa usa en forma por demás engañosa, nos proponemos denunciar que esta Central Termoeléctrica, por el tipo de combustible usado (carbón llamado petcoke), y el descuidado tratamiento actual de sus cenizas, viene contaminando toda la zona costera desde el año 1996, fecha de su puesta en marcha. Sin que la autoridad ni la CONAMA pongan freno al desastre ecológico en pleno proceso.

Nuestro objetivo es desenmascarar a esta Empresa, que usando el prestigioso concepto de "desarrollo sustentable", hace precisamente lo contrario: destruir los ecosistemas aledaños, afectar seriamente la salud de los habitantes de Cáñamo y de otras caletas próximas, y emitir a destajo contaminantes que se desplazan día y noche en dirección Norte, hasta inficionar Iquique y todas sus playas adyacentes.

El desarrollo del turismo en la zona, la pesca y cultivos marinos de pescadores artesanales, la protección ambiental de áreas protegidas para el estudio de la biodiversidad en maravillosos "oasis de niebla" adyacentes, y la propia salud humana de 4 caletas próximas, son, de este modo, amenazados a diario por las emisiones de substancias cancerígenas producidas por la combustión del carbón bituminoso. La autoridad hasta ahora está muda. La Intendencia calla. La Gobernación también enmudece. Las voces de los parlamentarios aún no resuenan por acá; al menos, no las hemos sentido. Casi todos callan. Nosotros..., no. Los dirigentes de las caletas, tampoco, los 25.000 firmantes de la Plaza Prat de Iquique, tampoco.

El concepto de desarrollo sustentable o sostenible.


-->Afinar, estudiar y difundir el sentido exacto de este concepto, es una tarea hoy imprescindible e impostergable, para entregar a la opinión pública, estudiantes, pobladores y afectados una herramienta útil que les permita plantear, con pleno conocimiento de causa, sus inquietudes y sus justas preocupaciones en torno al problema del aparente choque entre desarrollo (crecimiento) y sustentabilidad. O, en otros términos, de la aparente contradicción entre cuidado del medio ambiente y desarrollo.
El concepto de "desarrollo sustentable" fue propuesto por la doctora noruega Gro Harlem Brundtland, en el año 1987 para la "Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo" de las Naciones Unidas. Brotó de un análisis descarnado de la situación general del mundo, hecha en consulta a más de 500 especialistas de diversas culturas, credos religiosos e ideologías. Se señaló en este documento que el camino escogido de desarrollo hasta entonces, estaba provocando graves problemas ambientales, exacerbando las diferencias económicas entre individuos y países, y provocando un incremento de la pobreza y vulnerabilidad social en amplios segmentos de la población de no pocos países.

El documento elaborado en la ocasión fue titulado "Nuestro Futuro Común" ("Our common Future").

Se definió entonces este tipo de desarrollo del modo siguiente:

"Desarrollo sustentable es aquel desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades .

Encierra en sí dos conceptos claves:

- el concepto de necesidades [se refiere] en particular a las necesidades esenciales de los pobres del mundo, a las cuales debe concederse una prioridad superior; y

- la idea de las limitaciones impuestas por el estado [de desarrollo] de la tecnología y de la organización social sobre la capacidad de los ambientes para enfrentar las necesidades presentes y futuras".

(Traducción literal nuestra del original inglés).


Análisis previo de esta definición.

1. este tipo de desarrollo debe satisfacer las necesidades del presente; pero, ¿cuáles necesidades?. No las de una mínima proporción de gente muy adinerada que derrocha, sino las necesidades de los sectores más pobres del mundo, a los que debe darse prioridad nùmero uno.

2. Por tanto se trata de satisfacer las necesidades más esenciales, (vivienda, educación, salud, derechos ciudadanos) no algunos "caprichos" de unos pocos  afortunados.

3. Este desarrollo no puede llegar a "comprometer", es decir, no puede plantear problemas y escollos, o poner en jaque el sano desarrollo de las futuras generaciones. No puede darse el lujo, por tanto, de agotar y exprimir las reservas actuales, para poder asegurar la continuidad futura [sustainability] de la vida del planeta.

4. Es decir, tiene que ser un desarrollo tal que no disminuya ni reduzca las posibilidades de desarrollo futuro. Aquí, obviamente, se plantea la necesidad, de limitar el ímpetu extractivo de nuestro "capitalismo salvaje". Este punto está en directa relación con el uso de tecnologías y recursos alternativos limpios, ya no extractivos o consumptivos. Este aspecto apunta a una modificación esencial en el tipo de recursos (máxime energéticos) que han de ser usados, si el objetivo verdaderamente es hacer sustentable la vida humana.

5. Tiene que ser acompañado de un desarrollo de la "organización social", capaz de velar por la seguridad de acceder a estos derechos. Y aquí aparece la democracia como la única forma posible de opción política, aunque no se diga abiertamente.

6. Por último, se indica claramente que los ambientes y sus recursos son limitados, y que no pueden ser explotados por siempre. Es decir, el crecimiento futuro debe ser compatible con las precariedad de los recursos, por ser estos finitos y agotables.

La visión ética del desarrollo sostenible.

Los investigadores y analistas de las ciencias sociales y de la conducta humana (ética, moral) concuerdan en que hay que enfrentar hoy mismo el problema con decisión, pues es obvio que si seguimos con el ritmo de emisiones a la atmósfera, por efecto de la contaminación antropogénica, llegará un momento en que el calentamiento global en nuestro planeta sea irreversible. La variación de 1 ó 2 grados en la temperatura media del planeta, causará -y ya está causando- daños inimaginables. Nadie está en condiciones de predecir exactamente qué podría ocurrir pues, en el caso supuesto, los efectos negativos pueden sumarse, causando efectos insospechados.

Cuando el desarrollo se hace insostenible

Cualquier alza de la temperatura global de nuestro Planeta sobre los 3º C produciría catástrofes inimaginables. Migraciones de plantas y animales, desaparición masiva y / o extinción de especies (animales y vegetales), incapaces de adaptarse al cambio brusco. Es decir, se puede volver a producir una catástrofe como la que ocurrió en un pasado remoto (Período cretácico) cuando desaparecieron los dinosaurios y muchas especies vegetales del Período carbonífero, por efecto del alza brusca de la temperatura.

Solo por señalar algunos efectos.

1. Efectos totalmente constatados:

a) derretimiento progresivo e imparable de los casquetes polares en el polo norte (Océano Ártico) y en el polo sur (Antártica); b) elevación lenta pero segura de los niveles de los océanos con la presumible desaparición de muchas playas en diversas regiones costeras; c) retroceso y disminución de superficie de los glaciares andinos; d) reducción de los ecosistemas tanto de altura (andinos), como de los oasis de niebla costeros); e) incremento de la evaporación y descenso consiguiente de las napas de agua freáticas por sobre-explotación; f) incremento del tamaño del "agujero de ozono" por aumento de aerosoles (fábricas, industrias, parque automotriz en incremento accionado por combustibles fósiles, etc.); g) incremento general de la temperatura en el Planeta; h) aumento de la "desertización" y "desertificación", es decir, incremento en la superficie del país sujeta a un severo disminución de las pluviosidad (lluvias); i) disminución de las áreas agrícolas cultivadas; j) incremento en los incendios por elevación de la temperatura ; k) desaparición de las napas subterráneas profundas, por exceso de extracción de agua tanto para uso agrícola como para uso industrial. l) disminución notoria de todas las fuentes de agua dulce terrestres (lagos, vertientes, pozos, acuíferos varios).

2. Efectos posibles y aún probables (de los que sabemos muy poco todavía):

a) Modificación en el régimen de vientos oceánicos (circulación atmosfèrica); b) aceleración de los procesos erosivos y destructivos por efecto de aluviones; c) disminución en los caudales de los ríos, con la consiguiente inutilización progresiva de tranques y represas; d) incremento en la frecuencia e intensidad de ciclones, huracanes y tsunamis; e) destrucción de bosques por lluvias ácidas, por efecto de emisión de contaminantes químicos que contienen sulfuros (de Azufre) o nitritos (óxidos de de Nitrógeno); f) contaminación de praderas de líquenes, tundras o estepas por deposición de metales pesados (vanadio, hierro, níquel, selenio, cadmio); envenenamiento masivo de especies marinas por captura de metales pesados con la pérdida progresiva de área de pesca artesanal; g) contaminación general del aire por aerosoles y material particulado de origen antropogénico, repartidos hoy por toda la atmósfera del planeta;

Y en el plano social:
a) violentas luchas y aún guerras entre naciones por destrucción de sus ecosistemas; b) deterioro de la salud de sus poblaciones por efecto de emisiones de gases tóxicos de generadoras eléctricas, fundiciones de metales como níquel, cobre, plata) de países vecinos; c) migraciones y éxodos de población; d) discriminación para con los inmigrantes; e) desadaptación y/o crisis de poblaciones migrantes a países de otra lengua y cultura; f) lucha y desesperación por el acceso al agua escasa, g) hambrunas por falta de lluvias; h) incremento de luchas tribales en África y Asia; i) luchas de minorìas étnicas por reivindicación de sus territorios ancestrales arrebatados; j) aparición de líderes populistas y pèrdida de la democracia representativa en países especialmente vulnerables; k) Crisis de las organizaciones internacionales de ayuda por proliferación de la pobreza o miseria. Y casi con certeza, muchos efectos màs que no visualizamos hoy aún.

¿De dónde se origina todo esto?. ¿Dónde está la causa?

Hay dos grandes teorías: a) para unos la causa está en la sobrepoblación del planeta que parece imparable e incontrolable, a pesar de las medidas de control de la población y, para otros b) en el desarrollo de una conciencia consumista e individualista , por efecto del sistema capitalista que ve en la producción de bienes un fin en sí, sobreponiendo el interés privado al interès colectivo.

Muy interesante es el análisis que practica Ezequiel Ander-Egg en su obra "El Desafío Ecológico":

"No es la industrialización, no es la urbanización no es, en fin el desarrollo económico el que produce el deterioro, sino cierto tipo de desarrollo eminentemente técnico y consumista el que atenta contra el medio ambiente pues no tiene otra preocupación que el crecimiento económico y la ganancia, cualquiera sea el costo social y humano. Bien puede decirse que el deterioro del medio ambiente es otra excrecencia que supedita el interés privado al interés colectivo" (citado en T. Mifsud en su obra El Respeto por la vida humana (Bioética), 1987:293, destacado nuestro).


Curiosamente, este sentir es exactamente el que expresa, muy recientemente (2008) el investigador Miguel San Martín Baeza en su artículo: " Responsabilidad Social Institucional" :

"...la degradación ambiental, por ejemplo, es un fenómeno sociocultural, una consecuencia de una sociedad mal estructurada que entre otros fenómenos negativos destruye incluso la propia base física en la que se sustenta". ( pg. 3).

Y respecto al desarrollo sostenible señala:

"Debemos estar atentos, ser cuidadosos y mesurados con el uso y aplicación del concepto de desarrollo sostenible. Especialmente, cuando se utiliza como plataforma para mantener el axioma a nivel de dogma sólo en el crecimiento para evadir la responsabilidad común frente a los hechos claramente irrefutables y presentes en este Informe sobre Cambio Climático y a las connotaciones éticas que este tipo de forma y estilo de crecimiento conlleva..." (En revista CDS Chile, revista del Consejo de Desarrollo Sustentable, Año 2008, vol. 3. Nº 1 , 2-5)

"Desarrollo sostenible", pues, no significa desarrollo sin parar y sin control, buscando el enriquecimiento personal. Significa desarrollo sujeto a normas éticas que propugnan una responsabilidad social y ambiental. Es lo que Manfred Max Neef ha señalado como "desarrollo a escala humana" en el que el hombre, es decir, la comunidad humana, establece los parámetros, no algunos individuos inescrupulosos o ansiosos de hacer dinero a cualquier precio, menos aún, algunas empresas que solo buscan el lucro.

¿Conducta ética de las empresas?: su grave responsabilidad.

Frente, pues, a un "desarrollo sostenible" las empresas deben comportarse de otra manera. Deben enfrentar seriamente no sólo su propia responsabilidad social para con sus trabajadores sino también, al mismo tiempo, su grave responsabilidad para con el medio ambiente y el destino futuro del país que les da albergue y donde operan sólo por un tiempo. No para siempre. Porque por definición tales empresas son efímeras (etimológicamente: "flor de un día"), son sólo huéspedes temporales. Ojalá no se conviertan en huéspedes indeseados por los efectos pavorosos que han producido.

Que no vuelva a ocurrir lo del salitre.

Ojalá que no se diga de ellas en el futuro lo que se ha dicho de la riqueza salitrera: "Dejaron puros hoyos por todos lados, se fueron y sus capitales fueron transferidos a Londres, Nueva York o París, sin dejar nada en el país de origen, salvo sus lujosas viviendas". Ojalá que no se repita con las Termoeléctricas ese triste destino que no hemos olvidado. Las gigantescas "tortas de relaves" de las antiguas salitreras aún nos lo recuerdan a diario, con pesar y con rabia.  Sin embargo, algo es hoy patente a cualquiera que lo observe: las centrales termoeléctricas han estado acumulando ingentes montañas de cenizas tóxicas,  muy cerca del mar, las cuales, tarde o temprano, por efecto de aluviones o lluvias ocasionales intensas  (por efecto del fenómeno de El Niño), van a ir a parar al océano. En los aluviones ocurridos el  8  de agosto del año 2015  estuvo a punto de ocurrir una catástrofe en la zona cercana al puerto de  Patache, sur de Iquique,  por la  ingente acumulación de montañas de cenizas tóxicas en la Central termoeléctrica Tarapacá, de CELTA, (ENDESA-Chile),  a corta distancia  del mar. Fuimos testigos directos de este hecho.  De haber ocurrido este siniestro, ¿quién habría  sido el responsable?. ¿Quién habría pagado los costos ambientales?.

( Segmento  ampliado el 02/08/2009, con algunas adiciones del   27/05/ 2016).

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